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Medida

Sanidad implica a los médicos de familia para cumplir su ley de muerte digna

La conselleria quiere que los profesionales que más en contacto están con el paciente les atiendan en sus últimos momentos si deciden morir en sus casas - El colectivo pide mayor formación e información

Una ambulancia a las puertas del centro de salud de Sueca. levante-emv levante-emv

La ambiciosa ley de atención al final de la vida que la Conselleria de Sanidad está tramitando para equipararse a comunidades co-mo la andaluza o la gallega en el derecho de los pacientes al «bienmorir» presenta numerosos retos a la hora de su puesta en marcha y no solo económicos. Uno de los más significativos y que serán clave para hacer posible que la nueva normativa se lleve a cabo por completo es la necesaria implicación de la Atención Primaria en los cuidados en la atención en el final de la vida y la consiguiente reordenación del sistema y de los procesos asistenciales que esto conlleva.

Más allá de cuestiones como la obligatoriedad por ley de poder disponer de una habitación de uso individual en los últimos momentos de vida en el hospital, uno de los puntos fuertes de la normativa -cuyo anteproyecto se conoció el pasado mes de diciembre­- es garantizar que las personas puedan decidir en qué lugar van a recibir los cuidados paliativos en sus últimos momentos de vida, es decir, dónde quieren morir.

«La persona que se encuentre en el proceso final de su vida tiene derecho a recibir cuidados paliativos integrales de calidad (...) Se aplicarán sea cual sea el lugar (...) ya sea en un hospital, independientemente del departamento o servicio, en una institución social, en una residencia, en el domicilio u otros, siempre que la situación clínica y de cuidados lo permita», reza el artículo 13 del borrador.

La Conselleria de Sanidad pretende que sean los equipos de Atención Primaria, médicos y enfermería, los que asuman principalmente este cometido teniendo en cuenta dos cuestiones: son los profesionales «que mejor conocen al paciente y su entorno familiar» y la red de atención primaria «llega a todos los rincones del territorio», lo que garantiza, a entender de la administración, la «equidad» en el acceso a este derecho a morir tranquilo, con cuidados médicos y en casa.

«Nosotros estamos convencidos de que esto es necesario. La atención domiciliaria es una actividad básica en Primaria y los profesionales tienen interiorizados los cuidados paliativos: voluntad y compromiso hay y además el paciente y la familia tienen la confianza en los profesionales de Primaria», aseguró ayer Aurelio Duque, presidente de la Sociedad Valenciana de Medicina Familiar y Comunitaria (SVMFiC).

Pese al compromiso del colectivo, Duque puso ayer sobre la mesa que no solo será necesaria una reordenación de procesos para poder hacerlo posible «sino formación para médicos y personal de enfermería e información para los pacientes y sus familias. Hay que poner la atención a domicilio en la agenda de los profesionales».

Los responsables de la Conselleria de Sanidad así lo han previsto -a través de la escuela EVES-, aunque aún se debe articular el cuándo y el cómo.

Pedir más recursos

Serán también estos profesionales los que tengan en sus manos la responsabilidad de gestionar el resto de recursos sanitarios a los que este tipo de pacientes tiene derecho, ya sea los equipos de hospital a domicilio, los expertos en la atención al paciente paliativo y crónico complejo o los equipos multidisciplinares de los hospitales de media y larga estancia.

Sanidad busca que este artículo 13, más allá de una decisión personal garantice que se evite a los pacientes que están en sus últimos momentos «traslados innecesarios» o el sufrimiento que puede conllevar una atención en urgencias cuando ya la profesión médica no puede hacer más que paliar el sufrimiento.

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