Costó lo suyo, pero ya hay un elegido para tomar las riendas de la nueva Radiotelevisió Valenciana, aún sin nombre. La decisión final quedó entre solo dos candidatos, Josep Ramon Lluch y Empar Marco, descartado Salvador Enguix tras las entrevistas a los tres. La fumata blanca se hizo esperar. Hasta pasadas las 22.00 horas no hubo acuerdo en la sede de la vieja televisión en Burjassot. La corresponsal de TV3 en València era la elegida para directora general. El consejo rector la propone tras conseguir el apoyo mínimo de seis miembros (de un total de nueve). Esos fueron los votos que obtuvo. Ni uno más. Los otros fueron dos abstenciones y uno para Lluch.

El resultado denota que no es una solución que guste a todos, pero que al final una mayoría amplia consideró que era mejor Marco que dejar desierta la convocatoria y volver a empezar de cero, con el retraso añadido que hubiera supuesto al regreso de una televisión y radio autonómicas.

El papel del presidente del consejo, Enrique Soriano, fue determinante en el desbloqueo de un nudo que en algún momento pareció imposible de desatar, según las fuentes consultadas.

Dado el contumaz empate después de hasta ocho votaciones, prevaleció la candidata que había obtenido una puntuación más alta tras todo el proceso. Esta es la crónica de una sesión de casi diez horas del consejo rector, un día largo que debe marcar una aceleración en los trabajos para la conexión de la nueva televisión valenciana.

La jornada empezaba a las 10.30. Con una hora de diferencia, los tres candidatos comparecían en un escenario no desconocido para ninguno de ellos. Primero Enguix, luego Lluch y la última, Marco. Orden alfabético, coincidente con el de la puntuación (de menos a más) tras las dos primeras fases (currículum y proyecto) del proceso.

Después empezaba la reunión del consejo rector para evaluar y decidir (con almuerzo incluido). La delegada de TV3 se mantenía como la que obtenía una puntuación más elevada, pero la ley de RTVV da pie a una ambigüedad difícil de entender: prevé la elección del director por concurso público, pero luego indica que tiene que se ser aprobado por tres quintos del consejo (seis de nueve). Ahí empezaban los problemas. En las primeras consultas se observó que Enguix, corresponsal de La Vanguardia, quedaba rezagado. La decisión unánime, según las fuentes consultadas, fue excluirlo para facilitar la resolución del dilema.

Pero no fue así. La previsión inicial era acabar la reunión antes de las 17.00, porque un consejero (y profesor) tenía clase a esa hora. No pudo ser.

Después de hasta siete votaciones, todo quedaba en un empate a cuatro entre Lluch y Marco. La abstención del noveno consejero se atribuyó al designado por el PP, Vicente Cutanda, si bien el voto se realizó de manera secreta, de modo que en la adscripción de los apoyos todo queda en el terreno de la especulación.

Lo evidente por entonces es que el asunto estaba más que bloqueado y la solución, más compleja de lo que se preveía por la mañana. Se optó por una pausa de cuatro horas.

Obviamente, la interrupción daba pie a intercambiar pareceres en busca de un consenso amplio. También, claro, a posibles comunicaciones con el exterior. Los componentes del consejo son independientes, pero han sido designados por los grupos parlamentarios de las Corts, un hilo umbilical siempre presente.

A las 21.00 el tribunal volvía a la mesa, pero la vida continuaba igual. De nuevo, el mismo resultado: empate a cuatro y una abstención.

Eso fue en la primera votación nocturna. En la segunda se desbloqueaba la situación: seis apoyos para Marco, dos abstenciones y uno para el presentador, productor y actual director de antena de la televisión de Murcia.

Según algunas fuentes consultadas, el papel en ese momento de Soriano fue clave para inclinar la balanza hacia la candidata que había obtenido una puntuación más alta después de todo el proceso de baremación. Sumó los dos votos más necesarios para alcanzar el mínimo de seis.

La lógica invita a pensar que, al final, después de casi diez horas, Marco aglutinó el respaldo de los dos consejeros del PSOE, los dos de Compromís, la de Podemos y la designada por UGT. La misma lógica, y solo eso, indice a considerar que no la apoyaron los dos consejeros por Ciudadanos y el del PP. Para estos grupos, es difícil presentar a una directora que ha sido hasta ahora la corresponsal de la televisión catalana.

Además de eso, la licenciada en Filología ha sido lingüista y asesora de doblajes en Canal 9, redactora en Ràdio 9 y delegada de los diarios Avui y La Vanguardia. Tras el cierre de RTVV noveló aquellos hechos con Esperança Camps en Vertigen. A la periodista valenciana le tocará procurar ahora que todo cambie. Solo falta el trámite de la comisión de las Corts, que ha de aprobar por mayoría absoluta su designación.