Los dos hijos mayores de la viuda del expresidente de Caja Mediterráneo (CAM), que murió el pasado diciembre tras recibir dos disparos, declararaon ayer ante el juez que lleva la investigación del crimen, en una jornada en la que también comparecieron media docena más de testigos.

El hijo primogénito del matrimonio Vicente Sala-María del Carmen Martínez, Vicente Sala Martínez, y su hermana María del Mar, han sido los últimos en desfilar ante el juez, sin que haya trascendido demasiado de lo que han explicado.

Vicente Sala respondió a las preguntas durante una hora y media, aproximadamente, en torno a sus manifestaciones anteriores en comisaría, donde había asegurado sentirse perjudicado por la muerte de su madre en el plano empresarial, porque le hacía perder el control de las sociedades familiares en detrimento de sus hermanas.

Los dos hijos de la víctima han sido dos de los testigos a los que el titular del Juzgado de Instrucción 7 de Alicante, José Luis de la Fuente, escuchó durante más de seis horas.

Ni los interrogados ni los distintos abogados personados en la causa han contestado a las preguntas de los medios que se agolpaban a las puertas del Palacio de Justicia de Alicante, a excepción de uno de los letrados de la acusación particular, la de Vicente Sala Martínez, el único hijo varón de la fallecida de cuatro hermanos.

Este abogado, Luis Corno, se detuvo un momento para asegurar que la sesión había transcurrido «como era de esperar» y, aunque rechazó comentar el contenido de las declaraciones, indicó que «cada uno ha respondido lo que creía que tenía que responder».

Su cliente, al igual que otros testigos, abandonó la sede judicial por una puerta trasera mientras que el presunto asesino, el yerno Miguel López, casado con la hija menor de la víctima, sigue en prisión preventiva desde que la Policía Nacional lo detuviera el pasado 8 de febrero a las puertas de su domicilio.

La hermana salió llorando

La ronda de interrogatorios los abrió la hermana de la asesinada, Antonia, que fue la persona que la llevó al concesionario de coches regentado por el único detenido y propiedad de la familia, Novocar, el lugar donde recibió los dos disparos que acabaron con su vida, sobre las 18.30 horas del pasado 9 de diciembre.

Antonia Martínez declaró en su día a los agentes que estaba segura de que López era el culpable, al tiempo que contradijo en algunos aspectos esenciales la versión del sospechoso, por ejemplo en que éste hubiera dado a su suegra las llaves del coche que había acudido a recoger en presencia de ambas hermanas.

Esta testigo se marchó ayer del juzgado sobre las 11.00 horas, entre lágrimas, y rechazó contestar a las preguntas de los periodistas.

Posteriormente, comparecieron cinco empleados del concesionario que, en el momento del crimen, estaban trabajando en las instalaciones. A pesar de ello, ninguno de esos cinco empleados llegó a presenciar la escena.

Uno de ellos, que solía encargarse del lavadero donde se produjo el crimen, declaró en su momento a la Policía que su jefe, Miguel López, le había encomendado ese día el traslado de unos muebles y le había dicho que se fuera a casa sin volver al concesionario cuando terminara el trabajo.

Otro empleado, que hacía las veces de jefe de taller, explicó a los agentes que había telefoneado a López para avisarle de que su suegra había sido tiroteada cinco minutos antes de las 19.00 horas.

Contradicciones con el acusado

Estas manifestaciones contradicen también la versión dada por el yerno arrestado, ya que sostuvo que su empleado solo le alertó de que a su suegra le había pasado algo y estaba ensangrentada, pero no que hubiera casquillos de bala en el suelo.

El juez De la Fuente también ha tomado declaración a otros tres empleados, una secretaria y dos operarios destinados a la zona de ventas y recambios del concesionario.

La primera de ellas explicó en sus declaraciones policiales que López le había pedido que llamara a su suegra y la citara a última hora de la tarde para recoger el todoterreno Porsche Cayenne que había dejado unos días antes para reparar, junto al que recibió los tiros.

El magistrado ha citado para los próximos días 3 y 6 de marzo a otros testigos, incluidas las dos hijas restantes, María Antonia y la mujer del presunto homicida, Eva Fuensanta, y ha ordenado una inspección ocular en el escenario del crimen que tendrá lugar el día 7 de marzo.