Los criterios técnicos que se aplicaron para adjudicar los contratos de La Rambleta y la rehabilitación de La Llotja, las Torres de Quart y los puentes históricos fueron «correctos» aunque en todos los contratos se dan redondeos sospechosos en la valoración de las ofertas. Es la principal conclusión a la que llega el arquitecto que ha elaborado la pericial sobre los cuatro contratos que se investigan en una pieza separada del «Caso Taula» porque, presuntamente, fueron amañados por la exconcejala de Cultura del Ayuntamiento de València, Maria José Alcón y el yonki del dinero, Marcos Benavent.

El magistrado del Juzgado de Instrucción 18, Víctor Gómez, pretendía averiguar si los criterios técnicos aplicados por las mesas de contratación se moldearon para beneficiar a las supuestas empresas comisionistas e investigadadas en Taula (Cleop, EMR y Cyes). Una estrategia que les permitiría presentar la oferta más barata a los concursos de Cultura con la garantía de que, después, podrían aprobar modificados de obras con los que recuperar la rebaja ofertada al licitar.

Sobre esta última maniobra, la pericial no se pronuncia, aunque sí recomienda indagar, por ejemplo, sobre el destino de la mejora de 117.897 euros propuesta por la empresa EMR para adjudicarse la rehabilitación de los puentes históricos de Serranos y la Trinidad y comprobar si fue una inversión real.

En referencia a los tres concursos de rehabilitación analizados, la pericial realizada por un arquitecto del Colegio Territorial de Arquitectos de Valencia (CTAV) considera que los tres informes para seleccionar las empresas ganadoras resultan «escasos, opacos y nada explicativos» para facilitar «el entendimiento de los criterios tenidos en cuenta» para las adjudicaciones. También extraña al perito que los documentos a los que ha tenido acceso sean «los únicos documentos oficiales que dan fe de las reuniones de las mesas de contratación en las que se decidía el destino de 5.413.119 de euros en los contratos de rehabilitación de los edificios históricos de València.

Respecto a los redondeos sospechosos, en las valoraciones de las ofertas que presentaban las empresas a los cuatro concursos, incluido el de La Rambleta, al arquitecto le llama la atención la ausencia de decimales. «La única razón que se me ocurre -argumenta- es que se haya convenido con anterioridad [la puntuación]. Es muy raro este fenómeno de uniformidad y redondeo de puntuaciones», señala. Y respecto al concurso de La Rambleta añade que «este edificio está envuelto en cierta polémica y la puntuación no me había hecho sospechar nada irregular, porque al verlo por partes era coherente. Pero al juntarlas he apreciado comportamientos o tendencias que me hacen sospechar en instrucciones sobre el modo de puntuar».

De ahí que en las conclusiones de todos los concursos el perito recomiende indagar «en otras fases como el desarrollo del conjunto de las obras susceptibles de irregularidades, como el cumplimiento de las directrices del proyecto o los habituales extras en las obras de este tipo».