El caso de Recio, que iba por la mañana a su trabajo para fichar, se iba y luego regresaba al final del horario laboral, para que quedara registrada su salida es un caso extremo de absentismo sólo posible si se dan tres requisitos: voluntad de hacerlo, superiores que miran a otro lado, y falta de un sistema efectivo de control.

Las fuentes consultadas estiman que cerca del 80% de las sanciones tienen que ver con faltas injustificadas. Es sabido que hay maneras de burlar los controles, pero también que existen dispositivos que complican la picaresca. Y la huella digital con tornos para entrar y salir de centro es un método eficaz. Lo saben los funcionarios de Justicia, un colectivo que en su día estuvo en la picota cuando este diario desveló que algunas personas fichaban a primera hora y luego salían para llevar a sus hijos al colegio o para poder aparcar. Ahora funciona la huella digital.

Pero, tal como también ha contado este diario, no ocurre lo mismo en la ciudad administrativa del 9 d'Octubre donde trabajan 2.500 personas. Las cuatro Torres cuentan con un sofisticado dispositivo de huella digital con tornos para poder registrar las entradas y salidas, pero sólo funciona a efectos de seguridad. El funcionario ficha cuando accede a su ordenador, de tal manera, que no se controla las veces que sale ni el tiempo que dura la ausencia.