Un día después de que la Delegación de Gobierno de Valencia fuera testigo del final de la manifestación por las pensiones presentes y futuras, desde allí partió otra marcha no menos importante y no menos trágica en nuestros días como era la que exigía un asilo real y efectivo de los refugiados por parte de Europa. Más de 5.000 personas marcharon hasta el Centro de Internamiento de Inmigrantes, cuyo cierre es otra de las grandes reclamaciones de este movimiento, para exigir a los gobiernos un cambio radical en las políticas de refugio y un respeto a los derechos humanos que se vulneran a diario en las fronteras europeas, incluidas las de Ceuta y Melilla.

Todo tipo de asociaciones y colectivos se unieron en esta lucha que sigue y seguirá muy vigente y que deja miles de muertos cada año en el Mar Mediterráneo, el mismo que baña las playas de València. Con consignas como "Europa, canalla, abre la muralla", "ni un muerto más en el Mediterráneo", o "mujer y refugiada, doblemente maltratada" la protesta fue avanzando por la calle Colón, la de Russafa y por todo este barrio, ejemplo de interculturalidad y de convivencia. Ya en el CIE, se leyó el manifiesto, se realizaron varias perfomance y se emplazó a la ciudadanía a seguir activos y a luchar cada día, con pequeños gestos cotidianos como tratar bien al que llegue de fuera, poner una pancarta en el balcón, estar activos en redes sociales... para revertir estas políticas insolidarias y para recordar que no hace tanto eran los europeos los que pedían refugio.