La esperada visita a València del ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, se saldó ayer con un aplazamiento sobre las fechas iniciales de finalización de las obras del corredor mediterráneo para hacer viable la conexión en ancho internacional entre Murcia, Alicante y València y la frontera francesa.

De la Serna, que intervino como invitado en la asamblea general de la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE), apeló al «realismo» y a los problemas técnicos y de contratación heredados -en este caso de gobiernos anteriores - para fijar un calendario de obras que retrasa en dos años, hasta el último trimestre de 2019, la finalización de unas obras que los empresarios valencianos reclaman y estiman, además, «perfectamente viable» para finales de 2017 desde Murcia y en 2018 desde Algeciras.

La decepción no solo está referida a los plazos, sino también a las fórmulas y los compromisos. Según el relato detallado realizado por Íñigo de la Serna, el corredor entre València y el enlace con la alta velocidad que conecta Madrid con Zaragoza y Barcelona se basará exclusivamente en la instalación de un tercer hilo, pese a que inicialmente se proyectó con tramos en ancho UIC (estándar o europeo) entre Castelló y Vandellós y en la variante Vandellós-Tarragona.

De hecho, la decisión obligará a sustituir miles de traviesas colocadas hace poco y que ahora deben ser cambiadas.

Además, el detallado análisis del ministro, que explicó a los empresarios la nueva planificación ferroviaria, no incluyó ninguna alusión al túnel pasante de Valencia, una obra esencial para la viabilidad del corredor mediterráneo y sin cuya ejecución el paso del mismo por el área metropolitana la convierte de nuevo, treinta años después, en el mayor semáforo de Europa, ahora ferroviario.

La noticia más positiva del encuentro fue sin duda el anuncio de que el próximo 20 de marzo comenzará la circulación en pruebas de trenes en velocidad alta entre Castelló y Valencia, lo que inicialmente, una vez obtenidos los certificados de seguridad sobre un trazado basado en el tercer hilo, supondrá ventajas para la conexión entre Castelló y Madrid, que podrían quedar unidos en breve por trenes AVE.

En este tramo, el ministro destacó también la importancia de obras auxiliares como la conexión «de última milla» del Port de Sagunt con el corredor, el acceso sur y red ferroviaria del Port de Castelló o la habilitación de plataformas de desvío para trenes de 750 metros en la línea Sagunt-Zaragoza que ascienden en conjunto a casi 200 millones de euros.

También subrayó la importancia de la entrada en servicio a finales de 2018 de un tercer carril entre Vandellós y Tarragona por la variante, en obras, que reducirá en media hora el viaje a Barcelona desde Alicante o València.

La circulación provisional del tramo Alicante-Murcia del corredor mediterráneo arrancará a finales de 2017, según De la Serna, aunque la culminación de las obras en el entorno del nudo de La Encina-Xàtiva no se producirá antes del tercer trimestre de 2019, fecha en la que podría iniciarse el proceso de licenciamiento previo a la puesta en marcha de un servicio de alta velocidad regional que uniría las tres capitales valencianas.

#QuieroCorredor

El ministro de Fomento reiteró en varias ocasiones el «compromiso» y la voluntad política para «materializar» el proyecto «lo antes posible» y calificó de «irrealizable» y «muy poco responsable» el proyecto de corredor elaborado en el 2011 con un coste de 50.000 millones de euros. Durante el discurso ofrecido ante los empresarios y el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, De la Serna insistió en la necesidad de «resetear» y aplicar al proyecto el «sentido común».

Finalmente, y en un claro guiño a los empresarios, el ministro se sumó a la iniciativa de AVE #QuieroCorredor. «Yo también quiero corredor», aseguró.