La presidenta del PPCV, Isabel Bonig, registró ayer 7.228 avales para respaldar su candidatura para continuar al frente de la organización, un proceso que por primera vez en la historia se llevará a cabo por primarias, aunque la participación será reducida. De hecho, y a falta de que el comité organizador del congreso regional (COC) dé los datos oficiales, todo apunta a que el censo de inscritos para votar será sensiblemente inferior a los avales logrados por Bonig: entre 4.000 y 5.000 personas. La razón es sencilla. Para votar hay que inscribirse y estar al corriente de las cuotas, algo que no se exige para ser avalista. El PP presume de un censo de militantes de 150.000 personas, pero muchos no pagan.

Bonig, sin embargo, se quedó ayer con el dato de que ya «nadie podrá decir que el PP no tiene democracia interna» y subrayó que, sea cual sea el censo de votantes, lo seguro es que participarán más personas que lo hicieron en anteriores congresos, cuando eran los compromisarios (alrededor de mil) quienes votaban al candidato: «Espero estar a la altura; se abre una nueva etapa», declaró.

Bonig tiene el camino despejado, pero al menos hasta el 13 de marzo tendrá que convivir con José Luis Bayo, el exdirigente de Nuevas Generaciones que ayer, media hora después de hacerlo ella, registró unos 20o avales, el doble de los que necesitaba para ser precandidato. Bayo se estrenó denunciando amenazas de un miembro del COC a uno de sus avalistas y presiones para que otros retiraran las firmas. Sin embargo, no dio nombres y admitió no haber ido al juzgado, aunque sí haberse quejado a Génova. Advirtió, además, de que impugnará el proceso si le invalidan sus avales y no puede ser precandidato. «En mi proyecto, caben todos», señaló.