«¿Qué protocolos tiene adoptados el Gobierno ante la posibilidad de un apocalipsis zombi?». Esa es la pregunta «absurda» que ha dirigido al Ejecutivo el senador de Compromís Carles Mulet para, según él, protestar por la «poca calidad» de las respuestas gubernamentales a preguntas parlamentarias muy concretas que el grupo valenciano ha realizado recientemente en la Cámara Alta.

Según explicó Mulet, decidió lanzar su peculiar pregunta como gesto para comprobar si la Secretaría de Estado de Relaciones con las Cortes «reflexiona sobre la inutilidad e inconcreción» de sus contestaciones por escrito. El senador se queja de que la función de control parlamentario «se ve impedida por parte del Ejecutivo», al hacer llegar a los senadores contestaciones que «no aportan ningún tipo de información» pese a obedecer a demandas «concretas, claras e inequívocas» de información.

La última ha ocurrido esta misma semana. Compromís preguntó por las inversiones que ha hecho el Estado en cada uno de los 542 municipios, pero la respuesta no fue la esperada. Presentó una pregunta por localidad y recibió una contestación en la que se explicaba que en los presupuestos del Estado no está detallado a nivel local este tipo de información.

Respuestas genéricas

Además, según explicó Mulet, él mismo ha presentado centenares de preguntas sobre municipios que incumplen la Ley de Memoria Histórica que al final tienen «una sola respuesta genérica» donde el Gobierno se limita a remitir a la legislación ya conocida.

El representante de la coalición valencianista también ha dirigido al Ejecutivo cuestiones sobre los supuestos romances del rey emérito, Juan Carlos I. Por ello, inquirió a la cámara si el Estado había pagado «favores sexuales del anterior jefe del Estado» en relación con Bárbara Rey, así como una similar relacionada con Corina Zu-Sayn Wittgenstein.

El senador recordó ayer las obligaciones establecidas respecto a las preguntas parlamentarias recogidas en la Constitución y el Reglamento del Senado e hizo hincapié en que la Cámara Alta prevé incluso que el Ejecutivo conteste en un máximo de treinta días.

El portavoz de Compromís en esta cámara afirmó ayer que este plazo de un mes «nunca» se cumple, y que muchas veces se dan respuestas que aunque cumplen con la «obligación formal» en realidad «no aportan nada».

Por ello, el senador sorprendió ayer a todos los medios lanzando la pregunta zombi, para tratar de esclarecer si «se trata de un problema de comprensión, atención o de interés en la temática».