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Grabaciones con trasfondo político

Espionaje a la valenciana

La grabación a Císcar en un despacho de Ciudadanos devuelve a la actualidad una constante en la política los últimos años

Espionaje a la valenciana

Grabaciones, seguimientos, intentos de chantaje, montajes, espionaje... Las cloacas de la política, la trampa para cobrar ventaja o desacreditar al rival político han tenido una presencia continuada en la actualidad valenciana desde hace décadas.

La grabación en un despacho de Ciudadanos en las Corts al exvicepresidente de la Generalitat José Císcar, cuando mostraba a su vez otra cinta, presumiblemente al diputado Juan Córdoba, y en la que salía malparado un asesor de Cs con la moción de censura de Gandia como telón de fondo, no es ni mucho menos un caso aislado en la política valenciana.

Salvando las distancias con este caso se podría decir que las grandes crisis políticas de los últimos años no se entienden sin grabaciones de por medio. Algunas tan sonadas como las que registró el yonki del dinero, el exgerente de Imelsa Marcos Benavent, que precipitó la caída de la cúpula provincial del PP en Valencia con Alfonso Rus a la cabeza y su «mil, dos mil, dotze mil... dos milions de peles» como estribillo más recordado.

O la de la exconcejal del PP del Ayuntamiento de València María José Alcón en la que explicaba a su hijo como funcionaba el presunto blanqueo de dinero en el PP local.

Otra grabación sonada fue la que demostró la familiaridad con la que expresidente Francisco Camps trataba a los cabecillas de la trama Gürtel con el «amiguito del alma» o «te quiero un huevo», que sepultaron su carrera política.

Destacada porque ilustra la forma de actuar de toda una época fue una grabación en la que el expresidente de la diputación del PP de Castelló, Carlos Fabra, se jactaba de la cantidad de enchufados que había colocado en la Administración: «Yo no sé la cantidad de gente que habré colocado en 12 años (....) y esos son votos agradecidos», también quedó grabado.

El revuelo de la última semana por la grabación en el despacho de Ciudadanos en las Corts es el primero en que se ve inmerso este partido, pero no supone ningún bautismo para el afectado, el hoy diputado del PP José Císcar, al que han salpicado las tres últimas polémicas que han trascendido, la de mayor trascendencia la del denominado topo del Palau. Un asunto nunca clarificado que tuvo su momento álgido en el interrogatorio al que un escolta de la policía autonómica sometió al responsable de prensa del exvicepresidente. Sirvió para destapar que los recelos entre miembros del entonces gobierno del PP eran moneda habitual después de la filtración de documentación sensible del Palau. Acabó en la fiscalía y también hubo sospechas de espionaje y seguimientos.

Hace unos meses se conoció que en 2012, el propio Císcar autorizó a una agencia de detectives la elaboración de un informe, por el que se pagaron 1.442 euros, para que rastreara la posible existencia de micrófonos en el palau dels Català de Valeriola, la sede de la vicepresidencia del Consell. El gasto fue baldío porque los detectives no encontraron micrófonos. Císcar asegura que lo hizo por indicaciones de los servicios de seguridad.

Escuchas y seguimientos

La historia más o menos reciente está plagada de casos de este tipo. A mediados de los 90, el entonces vicepresidente de la Diputación de Valencia, el socialista Vicent Vercher ya se vio obligado a dimitir tras denunciar que había encontrado unos hilos en su despacho. El PP agitaba entonces la existencia de una red de escuchas en la diputación presidida por Clementina Ródenas. Todo se archivó.

En 2007, el entonces líder de los socialistas valencianos, Ignasi Pla, fue vigilado por un detective privado. Mes y medio después se difundieron unas facturas impagadas de la reforma de una vivienda que precipitaron su dimisión. Por esos años, la policía también abortó un montaje para coaccionar al abogado de la acusación contra Carlos Fabra.

En mayo de 2006, los diputados del PSPV José Camarasa y Antoni Such pusieron en manos del fiscal grabaciones a empresarios que implicaban en el cobro de comisiones en Terra Mítica al expresidente Eduardo Zaplana.

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