Los taxistas se preparan para plantar cara a lo que consideran una amenaza para su supervivencia. Las asociaciones del sector del taxi de la Comunitat Valenciana ultiman la creación de la Plataforma contra el Intrusismo. Tanto desde la Gremial del Taxi de València,de la Confederación de Autónomos de la Comunitat Valenciana como de la Unión de Pequeños Autónomos de los Servicios para la Movilidad y el Consumo (Uniatramc). Aseguran que es una plataforma representativa del sector y su mayor objetivo es «recaudar fondos» para «ir a los tribunales contra las actuaciones fraudulentas» y evitar «que se conviertan en una actividad paralela al taxi». En el punto de mira, empresas que trabajan con licencias de alquiler de coches con conductor (conocidas como VTC) y que en opinión de los taxistas, les hacen la «competencia desleal».

Los taxistas denuncian que, en contra de lo que marca la ley, han detectado coches VTC captando clientes por la calle y en sus paradas. La ley actual limita el número de estos vehículos a uno por cada 30 taxis, pero muchas empresas están ganando en los tribunales licencias que se les denegaron hace unos años, en un periodo de tiempo entre cambios normativos. «Las distintas interpretaciones de esos cambios legales y su alcance son los que han originado la litigiosidad», explica la Conselleria de Obras Públicas y Trasportes. Así, en la C. Valenciana pronto habrán 450 autorizaciones, que podrían llegar hasta las 1979, aunque la ley marca que deberían ser 147.

La Generalitat Valenciana asegura que «cualquier modificación» para ajustar la situación «correspondería al Estado»: «la normativa que regula las VTC es competencia del Estado. La conselleria se limita a ejecutar esa normativa».

Desde Uniatramc denuncian que una vez adquiridas, las licencias VTC se venden, en ocasiones hasta los 70.000 euros. En internet son cotizadas porque empresas como Uber (solo en Madrid) o Cabify (ya en Valencia) trabajan con conductores profesionales a través de sus aplicaciones. No obstante, los taxistas avisan de «estafas a parados». En su mayoría, el resto de países europeos, aunque con diferencias en sus legislaciones, no limitan los vehículos VTC.