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La batalla provincial suma un tercer actor

El alcalde de Alfafar, Juan Ramón Adsuara, podría ser el tapado de la lideresa para plantar cara a Betoret

Génova ha enviado un mensaje claro a sus organizaciones territoriales: no quiere congresos de confrontación. El cónclave regional, a pesar de la existencia de dos precandidatos, no será de división dada la invisibilidad que ha tenido Bayo. Cosa diferente serán los provinciales, en concreto, el de Valencia, donde el sentir general del partido es que habrá batalla. La cúpula regional mantiene silencio ya que no quiere enturbiar el congreso regional, pero no se descarta que se promueva una candidatura alternativa a la del presidente provincial, Vicente Betoret, quien antes de Navidades (y sin consultarlo con Bonig) anunció que quería seguir. El dirigente provincial salió reforzado del Congreso Nacional al ser nombrado vocal del comité ejecutivo nacional, pero esta situación no le libra de contar con rivales en un proceso en el que la última palabra la tendrán los militantes.

La portavoz del PP en la Diputación de Valencia, Mari Carmen Contelles, es una de las personas que cuenta con el visto bueno de Bonig para liderar la provincia. Pero no es la única. El nombre del alcalde de Alfafar, Juan Ramón Adsuara, comienza a sonar con fuerza en los mentideros populares. La decisión de Bonig de confiarle la ponencia social ha alimentado una hipótesis que tiene otros agarraderos.

Adsuara es el único alcalde con cierto peso que le queda al PP en la provincia de Valencia. Adscrito al sector cristiano (un ámbito que sigue bajo el control de Juan Cotino), el dirigente municipal es visto con buenos ojos por Bonig, quien también se mueve bien en los citados círculos del partido. Es más, hay quien está convencido de que Adsuara es el tapado de Bonig. La persona que la lideresa avalará para que dispute a Betoret el control de la provincia.

Consciente de que tendrá que echar el resto y que puede tener contrincantes, Betoret también ha decido lanzarse con anticipación a sus primarias y estos días ha mantenido encuentros con dirigentes comarcales y locales. Además, Betoret ha rescatado para sí los conocidos como los almuerzos de Rus, encuentros con militantes que, prácticamente todos los sábados, el ex jefe de la diputación organizaba junto con su núcleo duro. Eran momentos para, en un ambiente distendido, generar complicidades y lealtades para el partido.

Aquellos almuerzos se desintegraron cuando el barón provincial fue apartado del partido. Y ahora Betoret los ha recuperado.

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