No era algo que no se supiera pero ahora un estudio le ha puesto cifras concretas: el copago farmacéutico hizo que la adherencia al tratamiento se resintiera incluso en grupos de alto riesgo como el de los enfermos del corazón. Así se establece en una investigación multicentro liderada por científicos de la Fundación Fisabio que ha estudiado el impacto que los cambios en el copago farmacéutico introducidos en julio de 2012 tuvieron en un grupo de 10.563 pacientes, en concreto, aquellos que de 2009 a 2011 superaron un síndrome coronario agudo y se medicaban para ello entre enero de 2011 y diciembre de 2013. Así, se estimaba la adherencia al tratamiento durante 18 meses antes del cambio en el copago (julio de 2012) y durante 18 meses después.

El grupo de investigadores, ligados al área de investigación en Servicios de Salud de Fisabio y liderados por Gabriel Sanfélix y Aníbal García, concluye que la introducción del copago para los pensionistas y el aumento del porcentaje a pagar en otros grupos de población activa (del 40 al 50 o al 60 % en los de mayores rentas) sí tuvo un «impacto inmediato» en la toma de la medicación, en más de un 6 % de los enfermos. Además, fue más acusado con los fármacos más caros y, sobre todo, entre los pensionistas.

En este grupo en concreto (que pasó de no pagar nada por sus medicamentos a pagar un 10 %) la adherencia a los fármacos más caros de los cuatro estudiados (estatinas y IECA/ARAII) bajó en un 6,8 % y en un 8,3 % respectivamente, descenso que también se notó, aunque no de forma tan acusada, entre los trabajadores en activo con rentas de más de 18.000 euros. Entre estos últimos, la adherencia cayó un 7,8 % en las estatinas, el más caro de los cuatro principios estudiados.

«El copago puede llevar a un descenso en la adherencia a terapias efectivas, especialmente para las más caras y los pacientes con mayor carga de copago», establecen los investigadores en el estudio que ha contado con datos de 10.563 pacientes de ambos sexos que habían superado un síndrome coronario agudo.

A la vista de las conclusiones, los investigadores mantienen que se debería «considerar la total exención del copago para los pacientes de alto riesgo» ya que reducir las barreras económicas en el acceso a los fármacos esenciales «podría mejorar los resultados en salud y reducir al mismo tiempo el coste total de la sanidad», aseguran. El motivo es que estos pacientes más vulnerables están expuestos a nuevos procesos coronarios con un alto coste para la sanidad si se desvinculan de su tratamiento farmacológico. Tienen tres veces más posibilidades de muerte los que abandonan la medicación ,se recuerda en el estudio.

Los investigadores recuerdan además que varios estudios ya habían establecido con anterioridad que existía una relación directa entre el coste de los medicamentos, el nivel de renta y la adherencia a los tratamientos.

El estudio liderado por Fisabio -que se ha publicado en la revista científica Heart- ha utilizado además un doble abordaje de los datos clínicos para conseguir resultados más precisos. Así, además de tener en cuenta la retirada de los medicamentos en la farmacia, esta variable se ha cruzado con las recetas emitidas por los facultativos. Así se depuran errores, como el abandono de la medicación durante una temporada que estuviera recomendado por el médico, por ejemplo. La Conselleria de Sanidad ha venido introduciendo desde 2015 ayudas para que diferentes colectivos, entre ellos pensionistas, personas con discapacidad o niños de progenitores con rentas más bajas, puedan evitar el efecto del copago estatal. Tras la puesta en marcha de las ayudas, desde la administración ya se ha comprobado cómo el abandono de la medicación en pacientes con enfermedades crónicas ha caído alrededor de un 30 %.