El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación ha reactivado la orden que regula las medidas específicas de protección contra la gripe aviar en 128 municipios valencianos situados en la proximidad de 9 zonas húmedas a los que atribuye un «especial riesgo» de recibir aves silvestres contaminadas con la gripe aviar y establece medidas de bioseguridad.

La medida se adopta después de que el virus, que se ha extendido por toda Europa, haya sido detectado en explotaciones de Girona y Barcelona, donde se ha procedido al sacrificio de más de 7.000 ejemplares.

En el caso concreto de la Comunitat Valenciana, las medidas afectan a l'Albufera de València, la marjal de Borrons (Xeresa), la marjal dels Moros, Salinas de Santa Pola y parque Natural de El Hondo, la marjal de Pego-Oliva, la Mata de Torrevieja, el Prat de Cabanes y el Marjal de Almenara.

Fuentes de la Conselleria de Agricultura y Medio Ambiente de la Generalitat Valenciana aseguraron que existe un dispositivo especial de vigilancia, en colaboración con la Asociación Avícola Valenciana ASAV que se reactivó con la aparición de los primeros focos en Francia y que hacían presagiar la llegada del virus a España.

En ese contexto, el pasado mes de noviembre se realizó un simulacro de respuesta a la aparición de un hipotético brote en colaboración con ASAV. «El simulacro contó con una jornada de campo y el despliegue de todos los medios necesarios como si fuera un foco real y se hizo con el objetivo de detectar posibles problemas logísticos», aseguró el director general de Agricultura, Ganadería y Pesca, Roger Llanes.

La Generalitat ha elaborado un manual o protocolo que recoge todas las directrices que fija el Ministerio de Agricultura por si fuera necesario intervenir.

«La conselleria, conjuntamente con ASAV, tiene establecida una red de vigilancia epidemiológica en la que se realizan muestreos de forma periódica para detectar cualquier problema que nos pueda aparecer», añadió.

Llanes explicó que la vigilancia sobre las aves silvestres en las zonas húmedas preve el posible contacto con las que se crían en las granjas, que deberían ser estabuladas a la menor alarma. No obstante, el director general recordó que existen muy pocas granjas al aire libre y las existentes se sitúan en municipios «alejados» de las zonas húmedas conde podría recalar algún ave migratoria con el virus.

La Generalitat ya prohibió en diciembre el uso de patos vivos como reclamo para la caza para evitar contagios.