La Conselleria de Vivienda, Obras Públicas y Vertebración del Territorio ha puesto en marcha un plan para integrar en una red única, interconectada, viable y capaz de generar una nueva movilidad sostenible, los centenares de kilómetros de caminos «no motorizados», para ciclistas y peatones, que permanecen actualmente aislados entre sí y sin conexión con los nodos donde se genera la demanda de transporte para las personas.

Solo en carriles-bici, la conselleria estima que existen unos 800 kilómetros que carecen de utilidad desde el punto de vista de la movilidad interurbana.

Fuentes de la conselleria recuerdan que el departamento de Obras Públicas de la Generalitat ha construido durante los últimos años «una cantidad significativa de vías ciclistas», que se proyectaban «como un equipamiento más de las carreteras a construir».

Sin embargo, muchas de estas vías ciclistas adyacentes a carreteras o variantes de nueva construcción se han quedado como tramos aislados, sin continuidad, que van de la nada a ninguna parte a no ser que hubiera antes un carril preexistente con el que conectar; aunque incluso en estos casos, no siempre se aprovecharon estas oportunidades de mallar la red, según admite la conselleria.

«El resultado es una gran cantidad de kilómetros de vías ciclistas construidas, con itinerarios por completar o sin conexión y que por su relativa proximidad podrían entrelazarse con actuaciones de relativamente bajo coste económico», añaden.

Adjudicación

El estudio de la red autonómica no motorizada adjudicado recientemente por la Generalitat incluye entre las obligaciones del adjudicatario la de proponer nuevos tramos a construir al objeto de formar una malla interconectada «con vocación de formar parte de la red desplazamientos habituales por los usuarios».

«El éxito del modelo de movilidad sostenible basado en corredores no motorizados pasa por tener una red entrelazada que apoyada en unos criterios mínimos de seguridad comunique las áreas urbanas con los focos de generación de desplazamientos cotidianos de la población», explican en la conselleria.

El contrato, adjudicado por cerca de 80.000 euros, obliga a tomar datos de campo sobre el estado en el que se encuentran los 800 kilómetros de viales ciclistas interurbanos que se calcula existen en la Comunitat Valenciana.

Los trabajos de inventariado no solo afectan a las vías autonómicas; también a las verdes, las histórico-culturales como la Vía Augusta, a las estatales, las de la red de las diputaciones y las municipales que puedan integrarse como parte de itinerarios interurbanos.

Actuaciones prioritarias

Además, el consultor establecerá un listado de actuaciones prioritarias en función de la demanda esperada, ratios de coste/beneficio, etc.

Primero, dice la conselleria, tendrán prioridad los tramos más fáciles y «más asequibles económicamente» que sean capaces de conectar itinerarios hasta ahora inconexos: tramos que comunican poblaciones con polígonos industriales y centros de enseñanza y deportivos, y tramos que conecten estaciones de metro, autobús y, en general infraestructuras de carácter intermodal.

Como criterio general, el plan propone prestar atención al desarrollo de la red en las tres grandes áreas metropolitanas aunque sin sin olvidar conurbaciones como la Vega Baja, Gandia-Safor, Dénia-la Marina, Alzira-Carcaixent-la Ribera, Camp de Túria y Vinaròs-Benicarló-Peñíscola.