«¡Guau! ¡Construir un dron! Es un reto tecnológico que mola. Estamos aprendiendo algo que nos gusta, y por tanto aprendemos con más ganas». El entusiasmo de Íñigo Beobide ante la tecnología dron es contagioso. «Nunca me imaginé que podíamos ser capaces de crear un dron», añade Mar Miguel. «El problema principal es mantenerlo en el aire el mayor tiempo posible, por ello buscamos una estructura muy ligera pero a la vez resistente, y además le vamos a poner placas solares para ahorrar en baterías y que tenga más autonomía de vuelo», apunta Adrián Cervera.
El desafio tecnológico planteado por sus profesores ha prendido en la ilusión de estos estudiantes de la asignatura optativa Tecnología Industrial de primero de Bachillerato del Instituto de Educación Secundaria (IES) El Quint de Riba-roja de Túria. Ocho jóvenes nacidos en el último año del siglo XX, el 2000, pero que están creando tecnología del siglo XXI que ya es presente, pero cuyo impredecible futuro lo van a escribir ellos con sus ideas.
Este proyecto de concebir un dron en las aulas desde cero es fruto de la unión de los departamentos de Tecnología, Informática y Ciencias Sociales de este instituto público del Camp de Túria. El IES El Quint desarrolla desde hace ocho cursos un programa de ciencia ciudadana, «Riu Túria, aula integral», en el que colaboran con la Universitat de València, el Parc Natural del Túria, el Ayuntamiento de Riba-roja, la Confederación Hidrográfica del Júcar y la Fundación Limne. Los alumnos desarrollan diversas actividades para la mejora y conservación de este paraje fluvial, entre las que destacan análisis de la calidad de las aguas, vigilancia de especies invasoras o recogida de residuos.
Un paso más en este proyecto interdisciplinar ha sido plantear la posibilidad de utilizar drones para inspeccionar el río, lo que abre la puerta a introducir esta prometedora tecnología en las aulas de Secundaria. Para ello tres profesores del IES El Quint, Miguel Casells (Tecnología), Vicente Eslava (Informática) y Ricard Segura (Geografía y Ciencias Sociales), se han formado con la empresa El Calidoscopio, vinculada a la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elx, y en unas jornadas de la Universitat Politècnica de València (UPV).
Detectar necesidades sociales
La propuesta que han lanzado a sus alumnos es que éstos trabajen en grupo para diseñar y construir su propio prototipo. Para ello, han tenido que detectar necesidades sociales a cubrir y estudiar los procesos tecnológicos que deben afrontar para satisfacerlas. Tras el análisis, se han decantado por dos opciones: construir un «semáforo volante», un dron con placas led de colores que pueda ayudar a la Policía Local a gestionar el tráfico ante un accidente, o un dron con GPS que pueda ayudar a los servicios de emergencias a localizar una persona accidentada en zonas de difícil acceso del Parc Natural del Túria.
Una vez decidan qué alternativa es la más viable técnicamente, lo dos equipos se volcarán en la construcción de un único prototipo, el diseño de su software de vuelo y de georeferenciación con cartografía digital. El dron lo presentarán en mayo en la III Feria Aérea que organiza la Universitat de València.
