El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) ha avalado un dictamen favorable a que la central de Garoña, en Burgos, pueda operar hasta los 60 años, lo que sienta un precedente para que las otras cinco plantas activas en España, entre ellas Cofrentes, puedan seguir funcionando más allá de los 40 años para los que fueron diseñadas en principio.

El CSN se pronunció el pasado mes de febrero sobre la solicitud planteada hace dos años por Nuclenor, la empresa participada por Endesa e Iberdrola que opera Garoña, para que la planta burgalesa pueda operar hasta 2031, fecha en la que se habrían cumplido más de 60 años desde su entrada en funcionamiento, en 1970.

La decisión de la CSN no tiene antecedentes en España, en tanto que la norma hasta ahora era que una planta solicitara la renovación del permiso para operar por el mismo periodo de tiempo que comprenden las revisiones integrales de seguridad de este órgano, es decir, por un máximo de 10 años.

El máximo órgano regulador de la seguridad nuclear en España ha cambiado sus normas en estos dos últimos años para poder avalar una solicitud de ampliación de actividad de 14 años como la planteada para Garoña, a pesar de que la revisión integral de seguridad seguirá ejecutándose cada diez años, pero por primera vez se desliga del aval para operar. De esta manera, España adopta el modelo francés, sin periodos fijados.

El visto bueno de Garoña abre la veda para que la planta de Cofrentes -y las de Almaraz, Trillo, Ascó y Vandellós, en el resto de España- pidan también operar más allá de los 40 años que irán cumpliendo próximamente.

No obstante, el Consell con el apoyo de Podemos y Ciudadanos, debatirá en las Corts la próxima semana el desmantelamiento de la central valenciana a partir de 2021, en lo que se prevé que se convertirá en un nuevo pulso entre Generalitat y Gobierno.

Cabe tener en cuenta que la resolución (preceptiva pero no vinculante) adoptada por el CSN no asegura que Garoña vuelva a conectarse a la red, de la que lleva desenganchada desde diciembre de 2012, ya que ahora debe ser el Gobierno quien decida autorizarlo, y Endesa e Ibedrola realicen las inversiones necesarias para el reenganche, que podrían superar los 150 millones de euros.

Las dos centrales sobre las que se debería decidir su futuro pronto son Almaraz (en funcionamiento desde 1981 y 1983); y Cofrentes, en marcha desde 1984, por lo que cumplirá 40 años en 2024.