La Confederación de Ampas Gonzalo Anaya considera que el decreto sobre pluringüismo impulsado por la Conselleria de Educación «potencia el aprendizaje de las lenguas, en particular, y el aprendizaje escolar en general». «El decreto permite que una nueva generación de estudiantes que cursan educación infantil crezca aprendiendo varios idiomas», asegura la entidad en un comunicado, en el que afirma que las familias de la Gonzalo Anaya «reconocen el paso tan importante que la Conselleria ha dado en beneficio de nuestra lengua y cultura». A su juicio, «esto no solo va a provocar que se potencie el aprendizaje lingüístico en las aulas, sino que el plurilingüismo potencia el aprendizaje también en otras materias».

«Es un valor añadido que aportamos a nuestro actual sistema educativo. Trabajar la competencia comunicativa en más de un idioma les permitirá a nuestros hijos e hijas adaptarse a un mundo cada vez más plurilingüe», indica Màrius Fullana, Presidente de la Confederación Gonzalo Anaya. Según Fullana, «para nosotros, cuantas más lenguas aprendan nuestros hijos e hijas mejor» y asegura que no entienden «cómo desde otros sectores se pone veto al aprendizaje de las lenguas y en definitiva, a adquirir más conocimiento».

«En otros países donde existen lenguas minoritarias, la aplicación de decretos plurilingües ha aportado datos muy positivos sobre la integración social de las lenguas de menor uso», recuerda.

Por eso, añade, «consideramos que la aplicación del actual decreto debe ser en niveles avanzados para favorecer la normalización del valenciano en todos los ámbitos sociales de nuestro territorio».

Señala que otro de los puntos que les preocupan es que la implantación de otras lenguas se realice «garantizando la calidad de la enseñanza» y por ello exigen que los profesores que impartan las clases en valenciano o en otra lengua extranjera «estén debidamente cualificados y en posesión de la acreditación correspondiente». Por ello, las familias de la Confederación de AMPAS Gonzalo Anaya insisten en que se destinen recursos para garantizar la formación del profesorado en el conocimiento de las lenguas.

Sobre la participación de las familias en la aplicación del decreto, Fullana indica que les hubiera «gustado que la comunidad educativa hubiera contribuido más activamente en la discusión sobre qué modelo lingüístico es más conveniente para cada centro educativo».