La campaña interna de Pedro Sánchez ha mutado en seis meses del «no es no» al «sí es sí». Ha cambiado el envoltorio por aquello del positivismo, pero el mensaje sigue siendo el mismo.

Es el Sánchez que se reivindica como candidato de la militancia de un PSOE postrado ante la derecha y que no se resigna. Con ese magma discursivo, Sánchez llenó ayer totalmente el pabellón deportivo de Burjassot con capacidad para 2.500 personas. «Aunque se molesten esta es la candidatura de la militancia y esta corriente de base es imparable». «La democracia interna nunca es un problema», proclamó.

Doce meses después de tocar con los dedos la presidencia del Gobierno, (una abstención de Podemos le hubiera llevado a La Moncloa), Pedro Sánchez se aferra a su último clavo ardiendo, el de la consulta interna. Para la cúpula del partido es ya una especie de intruso, pero conserva ascendencia entre la militancia, como de nuevo exhibió ayer en Burjassot, donde el lleno en el pabellón no deja de ser una demostración de fuerza justo el día de la presentación de la candidatura a la secretaría general del partido de la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, en Madrid.

«El PSOE estará enfrente, nunca abajo ni al lado del PP, con un partido subsidiario no es posible formar un proyecto ganador», aseguró Sánchez que añadió que con el partido en una encrucijada histórica el futuro socialista no lo pueden liderar «quienes se aferran al pasado», en referencia a la opción que lidera la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, presentada ayer junto a los expresidentes Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero, los exvicepresidentes Alfonso Guerra y Alfredo Pérez Rubalcaba y los exministros José Bono, Carme Chacón o Matilde Fernández

«La gran coalición va contra nuestros principios, esta crisis de liderazgo solo beneficia a Rajoy», mantiene Sánchez, que se preguntó durante su intervención de casi una hora si ha cambiado algo en España desde la abstención de los socialistas a la investidura de Mariano Rajoy el pasado mes de octubre. Durante su discurso se mostró partidario de crear una «gran alianza con formaciones de izquierda» sin citar a Podemos.

«Quieren un PSOE subalterno»

El aspirante a recuperar el liderazgo del partido arrancó su discurso con las dos únicas referencias valencianas de la mañana. Dijo que la Comunitat Valenciana nunca más será marginada, tendrá la financiación que merece y será el eje del corredor mediterráneo.

Sánchez denuncia que hay poderes que quieren un PSOE subalterno de la derecha e insiste en que las primarias no pueden ser un ejercicio de nostalgia.

«El día después de las primarias yo diré sí a la unidad del PSOE y no a los presupuestos de Rajoy; el día después diré sí a la lealtad porque yo sé lo que es estar cuestionado continuamente», lanzó.

El secretario general en la provincia de Valencia, José Luis Ábalos, su máximo apoyo orgánico, reclamó un PSOE que recupere los valores tradicionales de justicia y fraternidad, «lo que no se puede conseguir hablando bien del PP y persiguiendo al compañero», asegura. «Nos están intentando sacar de la pista continuamente», denunció.