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Entrevista

Axel Honneth: "La socialdemocracia se ha ocupado más de adaptarse a la realidad que de plantear un proyecto de futuro"

El filósofo alemán sostiene que el intelectual «no puede caer en el desánimo, pese a los retrocesos sociales»

Axel Honneth, en el Centre Cultural de la Beneficència de València, el pasado jueves. fernANDO BUSTAMANTE

«Aquello en lo que creemos espera siempre latente por todos los continentes». Es uno de los versos de Walt Whitman que abren el último libro de Axel Honneth, que la Institució Alfons el Magnànim acaba de publicar por primera vez en España. La idea del socialisme. Assaig d'una actualització es el título. Por eso su presencia estos días en València. Antes de la entrevista, pide un buen café, nada de máquinas automáticas y vasos de cartón.

¿Es un desencantado sobre el progreso de la sociedad? Lo digo porque estamos ante unas generaciones (al menos, en España) cuyas condiciones de vida (retribuciones, protección social...) son peores que las de sus padres.

La observación me parece absolutamente correcta. En los últimos veinte o treinta años hemos experimentado una regresión en muchas condiciones económicas y sociales. Pero por otro lado, el intelectual no puede caer en el desánimo y el desencanto; no puede rechazar la idea de progreso. Porque su papel es observar las posibilidades de progreso y de libertad que hay en la situación actual.

Desde ese punto de vista, ¿la crisis de la socialdemocracia tiene solución o la postmodernidad y «el agotamiento de las energías utópicas» del que habla en su último libro acabaron con ese proyecto de las sociedades europeas del bienestar?

Creo que la socialdemocracia se ha dedicado más a adaptarse a los escenarios que tenían lugar que a plantear un proyecto que mirase hacia adelante, de futuro. Más que preguntarse si hay algún partido que vuelva a situar esa mirada hacia el futuro, es importante repensar el proyecto socialdemócrata y corregir los aspectos deficitarios. Es lo que intento hacer en el libro.

¿Eso tiene que ver con que el socialismo solo tiene espacio hoy en la «política de ideas» y ha renunciado a la acción transformadora de la sociedad?

Habría que ver qué quiere decir con renunciar. El socialismo no es solo una idea, sino también un proyecto transformador que bebe de las fuentes de la Historia. Creo que una posibilidad para el socialismo es refrescar la memoria de los hechos más efectivos a los que ha dado lugar, transformaciones institucionales al margen del proyecto comunista que ha conseguido, porque aunque se identifica con ese proyecto, el socialismo ha sido positivo en muchos aspectos.

«El problema de la izquierda hoy es que solo sabe a qué se opone». Es una frase del historiador Rutger Bregman. ¿La comparte?

Es claramente el problema de los partidos de la izquierda. El libro es un intento de proponer un horizonte normativo. Se trata de reivindicar la idea de libertad social y solidaria en contra de la de libertad individualista.

La indignación ha derivado en España hacia un movimiento populista de izquierdas. ¿El populismo puede ser un peligro para los avances en el progreso social?

Es difícil, porque no hay un único populismo. Por ejemplo, la idea de dirigirse a la gente ha de formar parte de cualquier proyecto de izquierdas. En cambio, aquella de que existe un único pueblo es muy peligrosa. Busco evitar la noción de populismo por la polisemia del término. La idea de unidad nacional y el riesgo de antipluralismo son elementos problemáticos para un proyecto de izquierdas.

El socialismo parece que ha revivido en el mundo anglosajón con Bernie Sanders o Jeremy Corbyn. ¿Pero sus propuestas las considera socialistas?

Uno de los rasgos del socialismo actual es que las líneas de separación son borrosas. No me preocupa si Bernie Sanders es socialista o no, sino si sus propuestas logran progresos hacia la libertad social.

¿Y está de acuerdo con que el capitalismo ha fagocitado la utopía?

Creo que debemos dejar de hablar de capitalismo en singular. Hay formas históricamente cambiantes de capitalismo y uno de los que más ha contribuido a esta visión unitaria del capitalismo es Marx.

¿Por qué?

Si uno de los rasgos definitorios del capitalismo es la propiedad privada de los medios de producción, hoy existen formas muy diferentes que no encajarían en esta definición única. Hay formas muy diversificadas de propiedad. No creo tampoco que se pueda observar una línea marcada clara entre el capitalismo y el socialismo. Todo es más confuso. El tránsito es más progresivo.

¿Entonces es posible una renovación del socialismo sin caer en posiciones anticapitalistas?

Estoy en contra de la idea de que el mercado libre es la única forma de realización de la libertad. Debemos librarnos de ese planteamiento. El proyecto socialista ha de luchar por una socialización de las relaciones de mercado.

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