La callada por respuesta que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, dio este fin de semana a la presidenta regional del PPCV, Isabel Bonig, cuando ésta le pidió financiación, agua e inversiones tiene parte de su explicación en el proyecto de los presupuestos del Estado de 2017 presentado ayer por el ministro de Hacienda, Cristobal Montoro. Un documento que confirma la marginación de la Comunitat Valenciana en el reparto de los recursos para obras. Este ejercicio (que se encuentra ya en su ecuador) los valencianos recibirán 589 millones de euros, 290 millones menos que en 2016 en un tijeretazo que podría calificarse de histórico: un 32,3 %.

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Se trata del segundo mayor recorte de España por detrás de Castilla y León (un 42 % menos) y prácticamente en empate técnico con Galicia, que también pierde el 32 % aunque con una diferencia fundamental: los gallegos disfrutarán de 924 millones, pese a ser el 5 % de la población española mientras que los valencianos (que representan el 10,6 %, es decir, el doble) tendrán casi la mitad. No es de extrañar que ayer el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, usara esta comparación para poner el grito en el cielo ante unas cuentas que también pasarán a la historia como las que mandan a la Comunitat Valenciana al último puesto en inversión por habitante. En términos absolutos, la valenciana es la sexta en inversión territorializada.

El gesto que la lideresa popular le pidió a Rajoy no se ve por ningún lado. A diferencia del año anterior, el Gobierno ha destinado menos recursos a invertir en las comunidades: 2.455 millones de euros, un 22 %, menos. La consecuencia es que todas las comunidades pierden fondos (excepto Canarias que gana 9 millones), pero no todas acusan de igual forma el recorte. En un contexto de negociación política en el Congreso de los Diputados para poder sacar adelante los presupuestos generales del Estado y con el desafío soberanista de Cataluña encima de la mesa, es difícil no hacer lecturas políticas de estas cuentas que han estado a punto de no ver la luz.

Así, comunidades que serán claves para que se apruebe el documento, como el País Vasco, acusa recortes inferiores. En Cataluña, por ejemplo, se pierden sólo 30 millones de euros y dispondrán de 1.149 millones este ejercicio. Su peso en el presupuesto sube al pasar de 10,7 al actual 13 %. El documento ve la luz una semana después de que Rajoy prometiera una lluvia de millones al empresariado catalán.

La Comunitat Valenciana, sin embargo, pierde peso. En 2015, cuando el Gobierno de Mariano Rajoy a las puertas de las elecciones generales hizo un gesto y aumentó un 12 % las inversiones, los fondos para los valencianos representaron el 8 %, aún a más de dos décimas de lo que por población correspondía.

En las nuevas cuentas, se pierde peso específico; se queda en un 6,9 %. Según los cálculos del Consell, sólo respetando el criterio poblacional, se deberían haber recibido 323 millones más. A este cálculo habría que añadir el que se ha perdido a lo largo de los años por no estar en consonancia la inversión con el número de habitantes. Puig incidió ayer en que con Rajoy en la Moncloa ha tratado a la Comunitat como si tuviera la mitad de la población, es decir, como si representara el 5 %, en vez del 10.

En términos absolutos, los 290 millones de menos que percibirá la Comunitat para infraestructuras (carreteras, transporte, etc), suponen el cuarto recorte mayor. El mayor ajuste es para Andalucía, que de los 1.363 millones que tuvo en 2016, tendrá ahora 924: 570 millones menos. Por su parte, Galicia pierde 439 millones.