El choque del PP en la provincia de València se juega en Madrid. Al menos, la fase previa. El actual presidente, Vicente Betoret, hizo valer ayer el apoyo de la dirección nacional, el mismo día que la presidenta autonómica, Isabel Bonig, visitaba despachos de Génova y del Gobierno con el conflicto abierto en València.

Enfado (maquillado tras un mensaje de tranquilidad) y resistencia es, por otra parte, el discurso que transmitía la dirección del PP de València unas horas después del posado fotográfico de la aspirante a presidenta provincial, Mari Carmen Contelles, con más de cien representantes del partido, entre alcaldes, ediles y diputados provinciales. Una demostración de fuerza de la considerada internamente como la candidata de Bonig, si bien esta ha insistido públicamente en su neutralidad.

Una exhibición de músculo que no amilana a Betoret, «en absoluto», que ayer mantenía su intención de plantar batalla si la exalcaldesa de la Pobla de Vallbona decide presentar su candidatura. «Si el partido fueran solo los 120 de la foto sería para preocuparse», declaró el presidente provincial. En su entorno añaden que las cuentas continúan saliendo.

Con todo, la dirección provincial confía aún en que el criterio de unidad e integración reiterado por Dolores de Cospedal y Mariano Rajoy durante los últimos días se imponga. Los de Betoret ponen sobre la mesa además su obediencia a los dictados de Génova, razón por la que ayer no se celebró la directiva provincial que debía poner en marcha el proceso congresual.

La dirección nacional lo pidió, a la espera de los encuentros que tenía ayer Bonig en Madrid (y que impedían también la posible presencia de esta en la junta), y el equipo de Betoret cumplió. De acuerdo con esta versión, también pidió que la fotografía de Contelles se cancelara.

La líder del PPCV y portavoz en las Corts se ausentó ayer en las Corts porque tenía varios encuentros «privados» en Madrid con representantes del partido y del Gobierno, aseguraron fuentes de su equipo, que subrayaron que las citas estaban previstas desde hace días, antes de que la tensión por el mando en la estructura provincial saliera a la luz. Admitieron, no obstante, que era «inevitable» que el asunto saliera en las conversaciones. Entre estas, estaba prevista incluso una de Bonig con Rajoy, según algunas fuentes.

Betoret afirmó ayer a Levante-EMV que si la consigna de Génova es integración, él no se opondrá. O sea, que acepta asumir algún nombre de Contelles en su lista. No al revés. Al fin y al cabo, el presidente es él, viene a ser el mensaje. Puso énfasis en la unidad como «uno de los valores más importantes» del PP y en que llamar a cargos para asistir a un acto «tensa» las estructuras. «La responsabilidad es algo más que hacerse fotos, es pensar en el bien del partido», dijo.