Las colisiones en el Sistema Solar son fenómenos que se han producido desde las etapas tempranas de su formación, hace varios miles de millones de años. Aunque cada vez con menor frecuencia, las colisiones se siguen produciendo y la Tierra no está exenta del riesgo de impacto por un asteroide. Ayer un asteroide de 1,3 kilómetros de tamaño pasó a tan solo 4,6 distancias lunares de nuestro planeta.

El asteroide 2014 JO25 fue descubierto hace tres años por el observatorio americano Catalina Sky Suvey, uno de los más prolíficos en la detección de asteroides peligrosos. Catalogado como asteroide tipo Apolo, ha sido clasificado como potencialmente peligroso al pasar a 1,76 millones de kilómetros de nuestro planeta, el equivalente a 4,6 veces la distancia de la Tierra a la Luna, una distancia muy corta dentro de la escala del Sistema Solar.

Desde hace dos días este asteroide está siendo estudiado por algunos de los observatorios más importantes de Europa y Estados Unidos con el propósito de conocer con el mayor detalle posible sus características físicas y dinámicas. Por el momento, gracias a las observaciones del radiotelescopio de Arecibo en Puerto Rico y del radiotelescopio Goldstone en California, se ha descubierto que este objeto tiene un tamaño el doble de lo estimado por la nave NEOWISE, que estudió este objeto en el infrarrojo. En concreto el asteroide tiene un tamaño de 1,3 kilómetros de longitud. Además, las imágenes radar han revelado su forma de cacahuete, alejado de la forma de elipsoide que habitualmente se piensa tienen estos objetos.

Este "cacahuete" rocoso muestra dos lóbulos bien diferenciados, de unos 650 kilómetros cada uno, lo que sugiere que podría tener una naturaleza binaria. Es decir, podría tratarse de un asteroide formado por dos cuerpos.

Durante las próximas noches, los principales observatorios astronómicos de España especializados en el análisis de asteroides peligrosos, como el Observatorio de Sierra Nevada (Instituto de Astrofísica de Andalucía-CSIC), el Observatorio del Teide (Instituto de Astrofísica de Canarias) y el Observatorio Isaac Aznar, localizado en el municipio valenciano de Aras de los Olmos, seguirán a este asteroide, que viaja a más de 30 kilómetros por segundo, para calcular su velocidad de rotación y su densidad, entre otros aspectos.

La caracterización de estos asteroides es fundamental para diseñar una estrategia que permita mitigar el riesgo de colisión contra la Tierra. Y es que, aunque en la actualidad el 90% de los asteroides de más de un kilómetro se tienen controlados, el impacto de uno como el 2014 JO25 tendría efectos devastadores en nuestro planeta.

El próximo acercamiento a la Tierra de un asteroide de esta categoría se producirá en el año 2027, será el asteroide 1999 AN10 con un tamaño de 800 metros.