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La corrupción cerca al PP

El superviviente del Congreso de València

Sólo Rajoy se mantiene en la primera línea política 9 años después del cónclave que le permitió llegar a Moncloa Críticos y defensores han caído

El superviviente del Congreso de València

La mayoría había dejado de ser hace tiempo una amenaza real para su liderazgo, pero la conocida como Operación Lezo ha enterrado definitivamente a quienes en el Partido Popular hace casi una década acariciaron la idea de defenestrar al hoy presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. La historia ha demostrado que el líder nacional sabe nadar tanto con la corriente a favor, como en contra, y si estos días echara la vista atrás y se retrotrajera al XVI Congreso Nacional del PP celebrado en València encontraría a pocos que, de un manera u otra, la corrupción no les haya pasado por encima.

Rajoy es el único superviviente del cónclave que le regaló una vida más para intentar (y lograr) la presidencia del Gobierno.

No sólo los críticos, como la madrileña Esperanza Aguirre (que el lunes dio el adiós definitivo a la vida política tras la entrada en prisión de su lugarteniente, Ignacio González) han quedado borrados del mapa político, sino también quienes entonces fueron sus principales apoyos, como el expresidente Francisco Camps, la fallecida exalcaldesa Rita Barberá, o el exbarón provincial de Castelló, Carlos Fabra.

Rajoy salió un 22 de junio de 2008 de la Feria de Muestras de Valencia con un 84,24% de síes y un 16% de votos en blanco. El aviso a navegantes llevó el sello de Esperanza Aguirre, una de las dirigentes que más contribuyó al vía crucis que vivió Rajoy desde la derrota electoral del 9 de marzo de ese año hasta el respiro que le dio el Congreso de València. En esos meses, Rajoy vivió el periodo más convulso en la historia de su partido con cruces de declaraciones y toma de posición por parte de dirigentes de todo tipo, una contienda inédita hasta entonces en un partido acostumbrado al discurso único y al ordeno y mando.

Por el camino y con el apoyo clave del PP valenciano, Rajoy logró esquivar la candidatura alternativa del exministro Juan Costa, pero no amilanar a aquellos que bajo la sombra del expresidente Jose María Aznar se veían como guardianes de las esencias el PP y rechazaban el giro al centro que defendía Rajoy.

Aznar paseó su desprecio

El Congreso de València acabó bien para Rajoy, pero el encuentro estuvo lleno de malos tragos para el entonces líder de la oposición. Aznar paseó su desprecio por el congreso: llegó por su cuenta y tarde y le vino justo saludar a Rajoy mientras abrazó efusivamente a Aguirre y al secretario general saliente, Angel Acebes, quien se despidió de su cargo con un llamamiento a la línea dura.

Ya ninguno de sus detractores está en activo. Hasta Aznar dio el portazo hace un par de meses y antes del último congreso nacional del PP celebrado en la Caja Mágica de Madrid, al renunciar a la presidencia de honor. Ni se molestó en acudir al recinto. Con la macrocausa abierta en la Audiencia Nacional el «viejo» PP de Aguirre también ha quedado finiquitado. El primer caído fue Francisco Granados, mano derecha de Aguirre en el partido, un hombre que también ayudó a la lideresa en el cónclave de València. En aquella cita, hubo ausencias destacadas, como la del exministro Eduardo Zaplana, también afín a Aznar, quien en abril de 2008 había dado el portazo a la vida política para fichar por Telefónica. Aunque no está imputado, el expresidente de la Generalitat también ha quedado salpicado por la operación Lezo.

Camps se hundió tras salvarlo

Pero Rajoy no sólo ha visto como sus mayores críticos han ido quedándose en la cuneta. La foto casi en blanco y negro de aquel congreso (se cumplen ya nueve años) tampoco podría repetirse con quienes más hicieron por que Rajoy llegara a la Moncloa. Camps entró en desgracia muy poco después de ayudar a salvar a Rajoy: en febrero de 2009 cuando por primera vez su destino quedó unido a «El Bigotes» y a los trajes. Fue el fin de su sueño de lograr proyección nacional como premio a su entrega. El caso Gürtel fue también el final de los entonces referentes del PP Vicente Rambla y Ricardo Costa. A Rajoy este escándalo de corrupción sólo le rozó, aunque la trama de Correa formó parte de aquel histórico congreso.

Otro aliado como Carlos Fabra (que se borró a tiempo de la aventura del castellonense Juan Costa) también acabó en la cárcel. La mancha de la corrupción atrapó también a Alfonso Rus, quien también en ese congreso trabajó a favor de Rajoy.

Son muy pocos los que hace nueve años fueron protagonistas de esa cita y que nueve años después siguen acompañando al superviviente: Cospedal, Sáenz de Santamaría, Javier Arenas, o el valenciano González Pons.

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