La Generalitat Valenciana no copiará el nuevo impuesto sobre las bebidas azucaradas que se aplica en Cataluñadesde esta semana. Pero el Consell sí que va a intentar disuadir el consumo de estas bebidas con alto contenido en azúcar. Un decreto que está ultimando la Conselleria de Sanidad prohibirá la venta de bebidas y refrescos con azúcar añadido en las máquinas de alimentos y bebidas. Ni en colegios ni hospitales podrá comprarse una coca-cola o un nestea, por ejemplo.

El borrador de la norma, facilitado ayer por el departamento que dirige Carmen Montón, estipula que "en los centros educativos, sanitarios y de servicios sociales sólo se autorizará la instalación y funcionamiento de máquinas expendedoras de alimentos y bebidas que contengan únicamente algunos de los siguientes tipos de productos: agua envasada, leche desnatada o semidesnatada, yogures bajos en grasa y sin azúcar añadido, pan integral, fruta fresca, frutos secos no fritos y bajos en sal, refrescos sin azúcar añadido y zumos de fruta».

Sanidad admite que la obesidad infantil es un problema de salud pública que preocupa a la Administración. Los últimos datos de un estudio público completo se remontan a 2014 y señalan que el 30,4% de niños de 0 a 16 años presenta exceso de peso. El 18,6 % de los menores valencianos sufre sobrepeso. Y el 11,8 % padece obesidad infantil. La franja más aquejada de este problema son los niños de entre ocho y doce años.

Es en la prevención donde quiere centrar sus esfuerzos el Consell, con iniciativas legislativas, de salud pública o asistenciales. Pero no en la fiscalidad. Fuentes de la Conselleria de Hacienda descartan que un nuevo tributo autonómico grave estas bebidas.

Las máquinas expendedoras de alimentos y bebidas están en el punto de mira de la Comunitat Valenciana. Solo se podrá autorizar la incorporación de otros productos siempre que cumplan unos estrictos requisitos nutricionales en porcentaje y cantidad total de kilocalorías, grasas saturadas, ácidos grasos trans y azúcares. Corresponderá a la dirección general con competencias en materia de salud pública la autorización de estos productos excepcionales.

Murcia ya lo aplica en hospitales

Por su parte, el Gobierno de Murcia también ha impulsado un plan para quitar las bebidas azucaradas y la bollería industrial en todas las máquinas expendedoras de los centros sanitarios.

Para avanzar en la prevención de la obesidad infantil, las conselleries de Sanidad y Educación están realizando el control de los menús escolares de los centros docentes. Hay más de 1.400 comedores escolares en la Comunitat Valenciana sujetos a vigilancia por los inspectores de seguridad alimentaria. Más de 250 inspectores realizan en el primer semestre un control que incluye la oferta de alimentos y bebidas en las máquinas expendedoras.