La Guardia Civil realiza «controles dinámicos» en carretera para contrarrestar el aviso por redes sociales de la presencia de controles de alcoholemia o velocidad, algo que se ha convertido en una práctica habitual. Y es que prevenir al conductor de la presencia de la Guardia Civil de tráfico es una realidad que va en aumento.

Por ello, y mediante una «vigilancia dinámica» las patrullas se distribuyen diversos tramos de carretera para circular en ambas direcciones a menor velocidad «mientras observan a los conductores porque los controles son selectivos, no sistemáticos. Así, se prioriza y si una patrulla observa algo sospechoso, detiene el vehículo y realiza la pertinente prueba de alcoholemia. Este sistema de controles dinámicos se realizan desde hace tiempo pero ahora funcionan más por la presencia de las redes sociales y el aviso de donde están los agentes».

Así lo asegura el capitán de la Guardia Civil de Tráfico de Valencia, José Manuel Oliver, quien advierte del peligro de estas prácticas porque «no se evita que el conductor coja el coche, sino que se le avisa para que esquive el control y vaya por otra ruta. El que advierte de un control de alcoholemia en lugar de impedir que su amigo o familiar coja el coche le hace un flaco favor».

La Guardia Civil estudia, y mucho, donde ubica los controles de alcoholemia. Visibles, en zonas de acceso o salida, en vías muy concurridas y cercanas a zonas de ocio. No se esconden, precisamente, porque el objetivo es que les vean. El capitán Oliver afirma que un agente con etilómetro «no es peligroso» ya que «lo peligroso es circular bajo los afectos del alcohol o las drogas, o conducir a una velocidad superior de la permitida porque cuando hay un accidente siempre concurren varios factores, no es cuestión de uno solo». Es más, explica que los controles de alcoholemia «no están pensados para controlar a todo el que bebe alcohol» ya que «su principal función es evitar que los conductores bebidos cojan el coche, es una función disuasoria». Por ello, los controles se establecen en zonas visibles.

El delegado del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Juan Carlos Moragues, explicó que en la madrugada del pasado domingo -cuando se produjo el accidente que provocó el atropello múltiple de ciclistas en Oliva por parte de una conductora cuadruplicaba el máximo de alcohol permitido en sangre- había tres controles de alcoholemia en la zona.

«Es por seguridad»

«Si el accidente hubiera sido nada más salir del control sí, habría habido un fallo. Pero ocurrió a 20 kilómetros y la conductora no pasó por allí. No puede haber un agente en cada cruce y no se puede vigilar más de lo que ya se hace porque el problema es de concienciación. Si uno bebe alcohol no debe coger el coche. Punto», explica el responsable de la Guardia Civil de Tráfico. Y recalca: «Ni las multas de velocidad ni los controles de alcoholemia tienen un fin recaudatorio. Es por seguridad, pero lo fácil es vender que las sanciones se ponen para recaudar y eso es peligroso».

Por otra parte, la Guardia Civil de Tráfico de Valencia cuenta con un plan especial para rutas ciclistas que consiste en controlar la velocidad y verificar las distancias, además de realizar labores de vigilancia tanto de los vehículos como de las bicicletas que circulen y realizar control de alcohol o drogas a quien consideren. Los controles se establecen según los datos estadísticos que reflejan una mayor afluencia de ciclistas en determinadas zonas.