Juli G. Pausas, investigador del Centro de Investigación sobre Desertificación del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CIDE-CSIC) aseguró ayer que la política de «tolerancia cero» frente a los incendios forestales «no ha funcionado» y hace necesario abordar el problema desde una nueva perspectiva en la que el uso del fuego puede convertirse en el principal aliado contra determinados incendios que define como «ecológicamente insostenibles».

«Hay que acabar con la visión negativa con la que la sociedad percibe todos los incendios forestales si queremos incorporar el fuego a la gestión de nuestros montes», asegura el investigador, que ayer participó en un seminario sobre «Incendios y biodiversidad» convocado por el Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA).

El experto resaltó que la sociedad percibe negativamente los incendios de forma casi exclusiva. «Pensamos que es un fenómeno exclusivamente de origen humano, que mata plantas y animales y destruye la biodiversidad», afirma.

Sin embargo no siempre ocurre así. «Es cierto que algunas especies que no pueden huir sufren, pero otras ganan con la apertura de espacios libres de vegetación. Probablemente la sabana africana sea el espacio más incendiado de la Tierra y no creo que nadie piense que es un espacio pobre en biodiversidad», explica.

Esta visión negativa, que se traduce en el uso de formas verbales como «destruye», «arrasa» o expresiones como «desastre ecológico» tiene, además, «implicaciones» como la convicción de que hay que tener «tolerancia cero» frente al incendio o la «errónea» percepción de que el arbolado, el «clímax» de la vegetación es el ideal a alcanzar y «todo lo demás es degradación».

La «alternativa» a esta visión ha sido acreditada por la ciencia, destaca Pausas. Los incendios están en la tierra como un fenómeno natural al menos desde hace 400 millones de años y su presencia se hace evidente en la evolución de algunas plantas mediterráneas y su adaptación al fuego mediante diversas estrategias como la dispersión de semillas, la aparición de rebrotes o el desarrollo de una coraza como el corcho de los alcornoques, etc.

La «tolerancia cero», entendida como la gestión y el empleo de ingentes recursos para evitar cualquier incendio «no ha funcionado», sostiene el investigador.

Asumido que la presencia del fuego es «natural» y un factor que ha modelado la biodiversidad mediterránea, Juli G. Pausas admite que no todos los incendios son beneficiosos y que su frecuencia, intensidad o estacionalidad puede derivar en un régimen de fuegos «fuera de rango y muy perjudicial».

Desde el ámbito de la ciencia, el investigador sostiene que es importante para la conservación de la naturaleza «favorecer» un régimen de incendios «ecológicamente sostenibles que eviten los ecológicamente insostenibles», según recoge en su aportación al decálogo sobre incendios forestales de la Pau Costa Foundation.

La propuesta es hacer una gestión forestal «diferente» a la actual, «que no es eficaz», y ajustada a «objetivos concretos» mediante el uso del fuego y otras herramientas.

En este contexto, los incendios prescritos son un instrumento de eficacia comprobada para disminuir la vegetación en muchos lugares del mundo cuyo uso en la Comunitat Valenciana podría restringirse a zonas estratégicas donde sea necesario intervenir para evitar la aparición de fuegos descontrolados.

Sin embargo, insiste Juli G. Pausas, es preciso un cambio cultural para evitar el rechazo que genera en determinados sectores de la sociedad este tipo de iniciativas. «Algunas cosas están cambiando, pero muy lentamente», lamentó el experto.