El expresidente de Emarsa Enrique Crespo ha asegurado hoy que el nombramiento en 2004 de Esteban Cuesta como gerente de esta empresa pública, que él propuso, vino avalado por el Gobierno valenciano y el Ayuntamiento de València.

Crespo, en la novena sesión del juicio de Emarsa por el saqueo de esta empresa pública, ha declarado: "Anteriores gerentes -a Cuesta- fueron funcionarios de Correos o reparadores de electrodomésticos a domicilio. Salvo el anterior a Cuesta, Miguel García, que era economista, pero enfermó".

Crespo ha relatado que conoció a Cuesta como alcalde pedáneo de Benimámet: "No me dijo que era camillero ni se parecía al que vemos hoy en día; era un señor muy echado para adelante, tenía don de gentes y ganas de asumir retos".

"Ahora nos vende que era un enfermero que llegó con lo puesto, pero cuando vino a verme sabía que se iba a sustituir al gerente de Emarsa. Posteriormente vino a verme Fernando Coquillat -exdelegado del Consell en Valencia-, que elaboraba informes a la Generalitat sobre planes de inversión", según su declaración de hoy.

"Coquillat me preguntó si ya tenía sustituto para el gerente de Emarsa. Me dijo que conocía a un chaval -Cuesta- de su etapa como concejal del Ayuntamiento al que veía predispuesto y con ganas de hacer cosas, y que tenía el apoyo del Ayuntamiento de València", ha agregado.

Crespo ha asegurado que también el exconseller José Ramón García Antón -fallecido en agosto de 2009- le propuso el nombre de Cuesta como candidato a la gerencia de Emarsa.

"Si hubiese chirriado el tema, cualquier consejero, incluso socialistas o de Izquierda Unida, hubiesen puesto el grito en el cielo", ha afirmado Crespo respecto al nombramiento de Cuesta como gerente.

Crespo ha explicado que llegó a la presidencia de la Emshi en el año 2002, momento en el que el gerente de Emarsa Miguel García Besó estaba "muy delicado" de salud, tenía muchas "ausencias" en su puesto de trabajo, y la empresa pasaba por una etapa "calamitosa". Ante esta situación, intentó negociar el cese con García Besó y buscar un sustituto, tal y como le pidió el entonces conseller. Antes de él, habían ocupado puestos de gerente, según ha manifestado, un funcionario de Correos y un señor que arreglaba televisiones en domicilios y relleneba el gas de los frigoríficos. Ahora buscaba a una persona con un perfil más de "gestión municipalista".

Entonces, ha dicho, se postuló Cuesta para el cargo, a quien conoció en un encuentro en el Ayuntamiento de Manises para tratar un asunto urbanístico. Éste le dijo que quería el cargo en un acto del PP y ha señalado que le pareció "un señor con mucha precisión, habilidad, con ganas de asumir retos... Me dijo que era especialista en la resolución de conflictos laborales y que tenía apoyos políticos, pero no que era un camillero".

"Al mes o así, se presentó en la alcaldía Fernando Coquillat y me dijo que conocía a un chaval muy predispuesto, que tenía el apoyo del partido, para ser gerente en Emarsa. Se refería a Cuesta. Me comentó que sabían que era un buen gestor, y que eso era lo que necesitaba porque técnicos ya había suficientes en la empresa pública", ha aseverado.

Posteriormente, en otro acto, fue el exconseller García Antón quien le dice, ha manifestado, que "hay un señor que se está moviendo, un tío muy preparado, que cuenta con el apoyo de la Generalitat", y le nombró a Cuesta. "Los consellers mandan mucho. Tener un conseller que me daba una recomendación, prácticamente era sí o sí", ha apostillado.

Tras estas "recomendaciones", ha explicado que llamó a Cuesta, se lo comentó y decidió proponerlo en el consejo de administración de Emarsa. Allí se votó y se aceptó el cargo, con lo que se lo comunicó. Así, comenzó a trabajar en la depuradora, con un sueldo de 60.000 euros anuales, es decir, con las "mismas condiciones" que su antecesor, ha aseverado. También se le dio un plus, según ha comentado, por el "mal olor" soportado en la depuradora.

Desde casi el inicio, ha explicado que Cuesta le manifestaba que les faltaba presupuesto porque solo estaban contemplados en la planta 30 de los 100 trabajadores. Así, en 2006 se autorizó una ampliación de capital de ocho millones de euros, y esta medida parte de los auditores. Pero él no controlaba el uso que se hacia del dinero porque no era su función. Esto dependía del interventor y del secretario. "Confiaba en el interventor de la Emshi, que lo veía todo correcto", ha apostillado.

Crespo ha insistido durante la declaración en los números "problemas" que generaba Emarsa y ha puesto como ejemplo que en 2007 le llamó la entonces alcaldesa de Valencia Rita Barberá, fallecida, y le indicó que estaba preocupada por si las heces salían al mar, ya que iba a estar repleto de veleros con motivo de la America's Cup.

Ha indicado que adoptó la decisión de que se liquidase la empresa tras una llamada de la entonces concejala 'popular' y consejera en Emarsa María Angels Ramón-Llin en relación con una decisión adoptada con el exconseller Juan Cotino. Ha explicado que ésta se reunión con el ex alto cargo para evaluar la situación de la empresa y se decidió la disolución y que se encargase a la Epsar una adjudicación urgente para privatizar la planta.Comidas, regalos y viajes

Por otro lado, a Crespo se le ha interpelado por comidas, regalos y viajes facturados a Emarsa. Respecto al primer punto, ha indicado que obedecía a "compromisos políticos" y a "gastos de representación". También ha reconocido una ayuda desde Emarsa a la Falla de Manises por "esponsorización".

En cuanto a los regalos de Navidad, ha afirmado que daba instrucciones de que se comprasen más unidades --que miembros del consejo-- porque "había consejeros que tenían compromisos suyos, especialmente el socialista Ramón Marí, que se llevaba dos o tres". "Yo no me he llevado más que lo mío", ha sentenciado.

Por otro lado, ha afirmado que "nunca" ha viajado a Andorra con Esteban Cuesta y ha señalado que estaba autorizado en una cuenta de su hermano de este país porque se lo pidió él, en caso de defunción. No ha podido explicar por qué éste la canceló en noviembre de 2010, coincidiendo con las investigaciones del caso Emarsa. "Porque él lo entendió así", ha dicho.

La fiscal le ha preguntado, asimismo, por hasta 42.000 euros que se ingresaron en sus cuentas en efectivo desde 2004 a 2007, y ha aseverado que provenían de cheques de su exmujer, de algún "pequeñito" premio de lotería o por el alquiler de una vivienda. En esta línea, interpelado por qué en sus cuentas no se cargabas gastos ordinarios como la gasolina, ha respondido que él hacía frente a las hipotecas y su exmujer a los gastos de la familia.