Jorge Ignacio Roca Samper, el empresario encarcelado por el caso Emarsa, señaló ayer como persona clave de la trama de los lodos al también empresario Joan Borràs. Según Roca, esta persona fue quien le buscó «por su competencia en la sobrefacturación» y se convirtió en su «enlace», junto al sí acusado José Luis Sena, en la depuradora de Pinedo. Además, según declaró ayer, en numerosas ocasiones llevó dinero desde Andorra a Emarsa fruto de la facturación falsa. «Se quedaba tres euros por cada tonelada de lodo», denunció.

Pues Joan Borràs, que si fuera cierto lo que declaró ayer Roca podría identificar a las personas que se beneficiaron de las «mordidas» en Emarsa, no está procesado. Fue citado como testigo durante la fase de instrucción cuando Roca fue detenido y realizó la misma confesión. En aquella ocasión la fiscalía solicitó su imputación pero el juez se negó. La fiscalía recurrió a la Audiencia Provincial, que también denegó su investigación y, evidentemente, su posterior procesamiento. Esta persona ya no podrá ser investigada ni citada en este juicio pese a la gravedad de las acusaciones del empresario encarcelado y a la importancia de su testimonio.

Tampoco está en esta vista oral el empresario José Luis Sena, a quien Roca señaló como su segundo contacto en València y a quien le realizó entregas del reparto de dinero. En este caso, Sena se quedó sin abogado de oficio tras varios retrasos en el inicio del caso Emarsa. La sala que juzga la causa lo apartó para no tener que volver a retrasar la vista. Sena, uno de los principales urdidores de la presunta trama tampoco está presente en el macrojuicio y tendrá su propia vista.

Otra de las declaraciones llamativas sobre la instrucción de la causa que realizó Roca fue sobre la identidad de las cuatro personas que se repartían el dinero desviado con la trama de los lodos. En este caso, el empresario encarcelado había señalado en instrucción a Enrique Crespo, José Juan Morenilla, Esteban Cuesta e Ignacio Bernácer. Ayer se desdijo y no se ratificó en lo que había dicho cuando fue detenido. Roca Samper afirmó que dijo esos nombre porque la policía le enseñó sus fotos y sus nombres en la cárcel y que si los reconocía tendría alguna mejora en la acusación.

Problemas en Rumanía

El empresario estuvo fugado seis años de la justicia española por el caso Emarsa. En ese tiempo residió en Francia, Rumanía y Moldavia. «Estoy implicado en operociones oscuras con policías rumanos, por eso me fugué a Moldavia -donde fue detenido-», explicó. Según el empresario encarcelado, «me cambié de identidad porque colaboré con la fiscalía de Rumanía como testigo protegido. Declaré contra cinco policías».