Los bandazos del PP valenciano respecto a los presupuestos generales del Estado de 2017 comienzan a socavar el liderazgo de Isabel Bonig, quien en menos de un mes se ha ganado ya dos serios correctivos de la dirección nacional de su partido. El desconcierto es total entre cargos y militantes, ya que un día se desayunan con una posición y otro día, con la contraria.

El culebrón, que comenzó el día que la lideresa del PPCV decidió sumarse a la declaración institucional de las Corts en contra del recorte inversor, tuvo ayer su continuidad con una carta que el PPCV hizo pública firmada por todos los diputados nacionales en las que se desmarcan de las críticas al Gobierno central y defienden el proyecto presupuestario.

La misiva se difundió el día siguiente de que el grupo popular en la Diputación de València generara un nuevo incendio al votar a favor de la moción del tripartito contra la política presupuestaria del Gobierno central. La propuesta, votada por todos los diputados provinciales, excepto por la concejala suspendida de militancia por su imputación en Taula, Beatriz Simón, será remitida a los ayuntamientos de la provincia. Para los municipios la situación es esquizofrénica ya que en su momento recibieron la instrucción de no respaldar la moción de Compromís y de defender la propia contra el Consell.

Tal como informó ayer este diario, la decisión del PP de la diputación generó un considerable cabreo en Génova que dejó claro que los diputados provinciales capitaneados por Mari Carmen Contelles, a la sazón, candidata a presidir el PP provincial, quedaban desautorizados.

Génova admitía la «confusión» que se estaba generando ya que creía cerrada la controversia después de que Bonig rectificara su postura inicial y fumara la pipa de la paz con el ministro de Fomento, Iñigo de la Serna. En Madrid, incluso, algunas fuentes apuntaban que Génova se está planteando abrir un expediente disciplinario a la portavoz popular en la diputación.

En auxilio de Rajoy salieron ayer los 13 diputados nacionales. El motivo de la carta era declinar la invitación hecha por Compromís para acordar enmiendas conjuntas para mejorar la inversión para la Comunitat. Una trampa en toda regla para un PPCV dividido a cuenta de la batalla por el liderazgo en la provincia. Pero la carta no se limita a decir que no. A lo largo de seis páginas, ponen en valor el esfuerzo financiero del Gobierno para mantener los servicios de las comunidades autónomas.

La carta es una enmienda a la totalidad al manifiesto de las Corts apoyado por el grupo popular. Así, echan en cara a Compromís que no haya roto con su socio de Gobierno (PSPV) ya que los socialistas avalaron el techo de gasto que sirve de marco para las cuentas.

Los diputados revalidan su denuncia por el maltrato financiero, pero culpan a Zapatero: «No contribuiremos a realizar actos que tienen como única finalidad el ataque y la confrontación con el Gobierno central», añaden.

Ayer Beatriz Simón echó más leña el fuego al hablar del desafío de sus compañeros a Génova. Admitió que comunicó previamente su decisión de no votar al presidente del PP provincial, Vicente Betoret, enfrentado a Bonig.