La coordinadora de las Hermanas terciarias capuchinas, Regina del Peral, afirmó ayer querer conocer la causa real de que los 18 menores del Centro de menores la Resurrección de Segorbe fueran trasladados el pasado día 9 de mayo a otros centros de la provincia. Y es que, para Del Peral, detrás de esto «tiene que haber algo más que se nos escapa» que un informe de inspección. Un informe donde se apuntaba que el centro contaba con numerosas irregularidades e instalaciones peligrosas, se habrían registrado conductas inapropiadas, e indicios de malos tratos de los educadores hacia los niños y se les daba comida caducada y duchas de agua fría para calmarse.

Según afirmó la hermana Regina, estas acusaciones «están totalmente tergiversadas y descontextualizadas, no están acreditadas y no hay siquiera una denuncia de fiscalía o un informe desfavorable de algún médico por desnutrición o pulmonía, lo que nos lleva a intuir que podría haber algo más, detrás de las acusaciones». Del Peral añadió que «lo que no pueden hacer los inspectores es dejar de contrastar la información que han dado con los educadores, que son los que tienen la información objetiva de los menores, y ver si las cosas son ciertas o no, porque la realidad es bien distinta a lo que se está contando». Prueba de ello, afirmó, es que «si la inspección se hace durante dos días (30 de enero y 2 de febrero) y en aquel momento la situación era tan grave, ¿por qué no se actúa de inmediato y se hace a los 90 días?».

Por otro lado, la hermana Regina informó que el Centro cuenta con sus inspecciones con informes favorables por parte de Fiscalía y sanidad, con una periodicidad como mínimo de dos meses al año, así como las inspecciones técnicas «que si registraban alguna deficiencia se registraba en el acta y son subsanados sin mayor problema».

Destino de los 2.235 ? por niño

Desde la congregación han pedido a la vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, que acredite con documentos las graves acusaciones donde afirmaba que la congregación podría haber desviado a otros fines las ayudas de 2.235 euros por niño al mes y 1.800 en el caso de las plazas que no estaban cubiertas recordando que «somos gestión integral y con ese dinero se han de cubrir todas las necesidades del niño, del personal y el mantenimiento del centro». «Si a eso le añades que todo lo que llevamos de 2017 no hemos visto ni un euro, la realidad es bien distinta, e incluso la congregación debe poner dinero para cubrir todos los gastos».