Cajas de cableado de luz despegadas de la pared, interruptores eléctricos rotos, sistema electrónico de detección de incendios que no funciona, tuberías de desagüe de antiguos lavabos al descubierto que emanan «un olor fétido insoportable», ausencia de extintores en los lugares señalizados.

Estas son algunas de las deficiencias reseñadas en un informe que los sindicatos redactaron a la conselleria de Igualdad el 29 de febrero de 2016. No se refieren al centro de menores de Monteolivete, en el foco de la polémica tras publicar Levante-EMV hace una semana los graves desperfectos del edificio donde viven 41 niños. Se trata del centro de Buñol, instalaciones a las que la conselleria de Mónica Oltra va a trasladar precisamente a los tutelados de Monteolivete cuando éste cierre sus puertas el próximo 30 de junio. «De Guatemala a guatepeor», temen ir los trabajadores.

UGT, CC OO e Intersindical realizaron una visita en febrero del año pasado tras la que advirtieron a la dirección general de servicios sociales y autonomía personal de que era necesaria «una pronta intervención» para paliar la situación que se estaba dando en las instalaciones del centro de acogida de menores «La Foia de Bunyol».

Después de conocerse la noticia del traslado de los usuarios de Monteolivete al del municipio de la Hoya, los empleados han vuelto a alertar de la realidad y los desperfectos con los que cuenta el centro sustituto. «Está peor», aseguraron ayer a este periódico fuentes consultadas.

En el informe se relata que no hay botiquín de primeros auxilios, sino «uno precario de mano». También se destaca que la cámara frigorífica grande no funciona, por lo que «la conservación de los alimentos es imposible». En el escrito, la delegación sindical relata que el motor del frigorífico está en suelo en contacto con el agua de filtración de la cámara, «lo que deriva en riesgo de accidente eléctrico», alertan.

Respecto al cuarto de las calderas, la inspección detectó «problemas de roedores», así como «almacenamiento peligroso de combustibles». Además, destacan que la apertura de puertas cortafuegos «no cumplen normativa para el caso de evacuación». Con todo, el informe recoge que las puertas y baños habían sido recién reformados, aunque también resaltaron que las luminarias de emergencias no funcionaban. En las fotografías, los sindicatos adjuntan imágenes de la sala del vigilante, «de aspecto sucio», así como de las escaleras de bajada a la lavandería, con desconchones y humedades.

22 menores trasladados

El edificio de Monteolivete se ha llevado todas las miradas durante esta semana, junto al de Segorbe, en el que según denunció la vicepresidenta de la Generalitat se podrían haber cometido malos tratos. En el primer caso, porque salió a la luz que la Fiscalía de Menores había advertido un año antes de la situación de desamparo de los afectados. La consellera se defendió y explicó que el acta del ministerio público no le había llegado hasta enero de 2017 y que lo había hecho de «manera informal». Al mismo tiempo, añadió que «todos sabían lo que estaba pasando» en Monteolivete.

Sin embargo, los trabajadores del recinto de Buñol destacan que «Oltra no habla» de «los daños colaterales»: los 30 trabajadores que en la actualidad se ocupan de los 22 menores de Buñol. Estos tutelados serán trasladados a otro centro en la Pobla, según indicaron, pero nadie les ha trasmitido «certezas sobre su futuro próximo, para no generar más ansiedad y desasosiego del causado por la noticia del inminente desahucio, de la pérdida de referentes, de vínculos, de amigos, de un traslado impuesto y no consultado, como si de una mudanza se tratase», criticaron.