Los menores que llegan al centro de recepción de Monteolivete lo harán, a partir de inicio de 2019 previsiblemente, a un antiguo reformatorio situado en la localidad de Llíria. Según informaron fuentes consultadas por Levante-EMV, se trata de unas instalaciones que se encuentran en desuso desde los años noventa y que albergaron durante el franquismo lo que los vecinos de la zona llamaban «la cárcel de jóvenes».

Ese recinto, ubicado junto al parque de Sant Vicent, será remodelado y rehabilitado para que el centro de recepción (hay uno por provincia) pueda estar en marcha dentro de un año y medio, aproximadamente. Así lo explicó ayer la vicepresidenta de la Generalitat, Mónica Oltra, tras la reunión que mantuvo con el presidente de la Diputación de València, Jorge Rodríguez.

El encuentro, que estaba programado desde antes de que saltara la polémica por el deterioro del estado de las infraestructuras y los presuntos abusos que salpican al centro de menores de València y el de Segorbe, según apuntaron otras fuentes, sirvió para «acelerar» la puesta en marcha del recinto de la capital del Camp de Túria.

En concreto, se espera que para el pleno de este próximo mes de junio la corporación provincial apruebe la transferencia de cerca de un millón de euros al ayuntamiento de Llíria, quien en última instancia acometerá los trabajos en las instalaciones.

Según explicó a este periódico el propio alcalde de la localidad, Manolo Civera, la idea es que en cuatro meses puedan realizarse todos los trámites burocráticos, incluido un concurso de ideas para diseñar el proyecto arquitectónico, de manera que se puedan adjudicar las obras antes del mes de noviembre. Con todo, la vicepresidenta señaló ayer que esperan que las instalaciones puedan acoger menores a principios de 2019.

Complejo asistencial

La idea del primer edil es destinar los distintos módulos ahora abandonados a diferentes finalidades, la mayoría relacionadas con el ámbito asistencial. En este sentido, Civera deslizó que también buscan albergar junto al centro de menores un espacio de día para personas mayores, así como para personas con diversidad funcional. Además, hay un principio de acuerdo para ubicar una dotación de bomberos y se está trabajando para que se asiente allí el Institut Valencià de Restauració, así como un albergue juvenil integrado en la red europea.

Tanto Oltra como Rodríguez destacaron ayer tras el encuentro la coordinación entre ambas instituciones, que se extenderá al hospital psiquiátrico de Bétera para continuar en la línea de transferir competencias ajenas de la diputación a la Generalitat, según apuntaron fuentes de la corporación provincial presidida por el socialista.

De este modo, Bétera pasará a formar parte del Consorcio del Hospital General en su rama sanitaria y del Institut Valencià d'Acció Social (IVAS) en su vertiente más asistencial. También en año y medio se prevé concluir los trabajos para convertir este hospital en un espacio sociosanitario.

Profilaxis en Monteolivete

Respecto a Monteolivete, Oltra indicó ayer que la Generalitat ha establecido un protocolo de profilaxis en el centro ante un posible caso de tuberculosis de un niño que estuvo ingresado en el recinto y que está pendiente de confirmarse, como publicó ayer El Mundo.

Según esta información, un menor que habría escapado de este centro fue detenido por la Policía Nacional en Burjassot y presentaba síntomas de estar enfermo (tos intensa con esputos de sangre y dolor intenso en el tórax), por lo que fue ingresado en el Hospital Doctor Peset.

La vicepresidenta precisó que el diagnóstico aún no está confirmado, pero si se ratifica «se seguirán las pautas de salud pública que marque la Conselleria de Sanidad».

«En principio no vamos a tomar la decisión de someter a pruebas médicas innecesarias a nadie»,advirtió, al tiempo que añadió que «si se confirma que es tuberculosis y que puede haber algún foco infeccioso» se seguirá el protocolo establecido para este tipo de situaciones.

No obstante, sí se ha puesto en marcha un protocolo que consiste en llevar mascarillas en el centro, «una mínima profilaxis», y además «los educadores están actuando de manera diligente con los niños viendo quién ha podido estar más en contacto» con el afectado, explicó Oltra.