P. Teniendo en cuenta cómo están los suyos en la provincia de Valencia, un apoyo del 97 % en un congreso sin rival es todo un éxito ¿Se siente reforzado?
R. Me siento respaldado y me motiva mucho para seguir trabajando estos cuatro años más.
P. No hace tanto que en el PP de Alicante estaban a la greña campsistas y zaplanistas ¿Considera cerrada esta etapa?
R Los últimos cuatro años hemos tenido como prioridad sumar e integrar. Ha sido una labor ardua, pero ha dado resultado y nos presentamos como un partido unido, serio y responsable. Sí, doy por cerrada esa etapa. Nadie sobra.
P. Dijo en su intervención el sábado que el PP no busca el paraiso, sino garantizar los derechos sociales ¿En qué momento el PPCV dejó de pensar en grande?
R. Siempre he pensado que lo que realmente importa son cuestiones de la vida cotidiana. Dije que la gente no nos pide imposibles, sino empleo, llegar a fin de mes, mejor sanidad, educación. Estuve en un Consell que también trabajó para eso, que no pensaba en grandes cosas. Es verdad que el PPCV hizo grandes proyectos y en su inmensa mayoría prestan un servicio. También, los tiempos han cambiado.
P. ¿Tras veinte años en el poder, pasar a la oposición ha sido una cura de humilidad necesaria?
R. Reconozco que soy un rara avis, pero yo les he dicho a los míos que si hace 20 años, cuando el PP llegó a la Generalitat, a Zaplana le hubieran dicho si firmaba por cinco legislaturas, lo hubiera hecho con los ojos cerrados. Teníamos que asumir que en algún momento debiamos pasar a la oposición. Después de una legislatura tan dura por la situación económica y los casos de corrupción, pasar a la oposición no era una tragedia. Era más importante ver cómo reaccionábamos desde la oposición.
P. ¿Y cómo se ven?
R. Estamos dando la talla y la cara en las Corts. La oposión del grupo es excelente, contundente y constructiva. La consigna era sacar a la luz las contradicciones del tripartito y algunas que otras hemos sacado. Cada vez te encuentras a más ciudadanos en las calles que te dicen: a ver cuándo volvéis. Percibimos que la gente quiere un cambio y solo llevan dos años.
P. González Pons dijo que pensaba que cerrar Canal 9 fue uno de los grandes errores del Gobierno de Fabra. ¿Lo comparte?
R. Me remito a la sentencia de la Audiencia sobre el ERE. Pone negro sobre blanco que no había otra opción después de haberse declarado nulo el otro ERE. No podíamos permitirnos una tele con 1.600 trabajadores. A nadie le gustó tomar la decisión, pero fue la única posible. Lo preocupante es que el Consell piense en una televisión de 500 trabajadores.
P. ¿Qué cambiaría si volviera al Consell?
R. Tengo la sensación de que llegamos en un momento que era enfrentarse a un Miura con una servilleta y un palillo. La situación económica era terrible, la más complicada de la Generalitat en su historia e hicimos lo que correspondía: salvar lo esencial; los servicios. Podemos presumir de que ningún valenciano se quedó sin ser atendido en un hospital o sin escolarizar.
P. La Intervención de la Generalitat ha descartado responsabilidad contable en la gestión de varias conselleries de la etapa Fabra. ¿Descarta que ese pasado reciente de gestión les salpique?
R. El informe pone de manifesto que el presidente Puig ha faltado a la verdad en las Corts. Tanto Isabel (Bonig) como yo, intentamos acertar en nuestras decisiones. No fue fácil; gobernar es una cita con la realidad, elegir entre lo malo y lo peor. Lo que sí hemos tenido claro es que debíamos hacerlo desde la honestidad. Eso se consiguió. No conozco ningún caso del Consell de Fabra reprochable desde el punto de vista penal.
P. ¿Y la fórmula 1? Usted era conseller cuando la compra
R. Sí, de Educación en el momento de la compra de Valmor. Estoy convencido de que se tomó la mejor decisión. Se pone mucho el acento en las deudas de Valmor y ¿por qué no se habla de la cláusula de penalización? Valmor no podía celebrar la prueba y eso costaba más dinero que las deudas de Valmor.
P. ¿Comparte al cien por cien la postura de su partido contra el decreto del plurilingüismo?
R. Totalmente. Yo soy valenciano parlante. Defiendo el valenciano y que se promocione, nosotros lo hicimos, pero no perjudicando a los castellanoparlantes. Es tan sencillo como respetar la Llei d´Ús que no ha generado problemas. Se está demostrando el rechazo social: «Valenciano, clar que si; imposiciones; clar que no».
