La Conselleria de Sanidad ha remitido un documento informativo a todos sus departamentos de salud con recomendaciones específicas de cómo actuar ante el creciente número de casos de paperas en la Comunitat Valenciana. La enfermedad está en pleno periodo de epidemia desde octubre de 2016 y solo en los primeros cinco meses del año ya se ha duplicado la cifra de enfermos de todo 2016.

El que haya epidemia de paperas, pese a que la cobertura vacunal contra la enfermedad se generalizó a partir de 1981, no es algo excepcional ya que la enfermedad suele presentarse de forma brusca cada cuatro o cinco años y la vacuna que se pone contra la parotiditis, nombre científico de la enfermedad, no busca erradicar el virus sino controlar la enfermedad y hacer que haya menos casos y con unos síntomas menos acusados. Así, los casos acumulados hasta ahora en plena epidemia (1.216 en cinco meses) están lejos de los 48.149 que se registraron en 1984, última epidemia antes de la generalización de la vacuna.

El problema es que la baja eficacia de la vacuna que se recibe para atajar la enfermedad (la triple vírica) y los fallos que hubo en la vacunación de dos cohortes de niños en los años 1994 y 1995 están provocando que en esta epidemia los más afectados sean los jóvenes de 15 a 29 años, según datos de la propia conselleria. El sistema de vigilancia epidemiológica de la Comunitat Valenciana ha registrado a 11 de mayo de 2017 1.216 casos cuando el año pasado registraron 507. De ellos, 768 eran personas en esa franja de edad.

Así, en la nota informativa remitida a gerentes de departamentos de salud y a directores de Atención Primaria se insiste en que éste es el grupo de edad más afectado entre los 1.216 casos notificados. De ellos, además casi la mitad (unos 600) habían recibido las dos dosis de vacunas que son preceptivas lo que da una idea de la menor efectividad del componente de la triple vírica frente a esta enfermedad, muy característica al inflamar las glándulas parótidas en el extremos de las mandíbulas.

La recomendación para los médicos de familia es que ante un contacto con un caso o una consulta al respecto se verifique lo primero la cartilla vacunal para comprobar si se recibieron las dos dosis estipuladas en su día (en los primeros meses de vida y a los 11 años). De no ser así, habría que poner una segunda dosis o las dos.

Los hijos de la Rubini

Sin embargo, Sanidad no recomienda revacunar a las personas que, en principio, hayan recibido esas dos dosis a no ser que alguna de ellas se pusiera en los años 1994 o 1995 ya que, tal como adelantó el pasado mes de mayo Levante-EMV, en aquellos años quedaron mal inmunizados dos cohortes de niños (que ahora son veinteañeros y treinteañeros) con una vacuna realizada a partir de una cepa (la Rubini) que, poco después, se comprobó ineficaz. Los llamados «hijos de la Rubini » fueron llamados a una revacunación específica en la Comunitat Valenciana en 1997 y 1998.

En la nota, Sanidad recomienda, además, que todo el personal sanitario revise sus vacunas contra las paperas para completar las dos dosis si fuera necesario «debido a su mayor riesgo de contraer la enfermedad y transmitirla».