El arzobispado y la misionera pactan una auditoría y diálogo

Asimismo, se mostraron partidarias de «abrir una nueva vía de diálogo y alcanzar, como había pedido el arzobispo de València, Antonio Cañizares, un acuerdo extrajudicial», tal como añade la misma nota.

Como adelantó Levante-EMV, el arzobispado ha decidido disolver la entidad diocesana y hacerse cargo de todos sus bienes: nueve edificios incluyendo la casa central en Algemesí y la escoleta con 48 alumnos de Bonrepòs i Mirambell.

Además, la diócesis ha intervenido las cuatro cuentas bancarias a nombre de la asociación, con unos 180.000 euros. La archidiócesis acusó a las entidad de «malversación de fondos» y la religiosa al frente de esta entidad negó movimientos anómalos. Tanto el gobierno local de Bonrepòs, como las familias de los alumnos de la escoleta y la propia Rosa Choque consideran que esta actuación del arzobispado tiene como único fin quedarse con los bienes de la asociación.

En el encuentro de ayer, el vicario general, Vicente Fontestad, se reunió con la representante legal de la asociación, María del Pilar Rosselló, y ambos coincidieron en «incrementar la coordinación de las partes y caminar conjuntamente».

Respecto a la escuela de Bonrepós que gestiona la «hermana Rosa», el inicio de acuerdo alcanzado ayer establece que la guardería (subvencionada por la Conselleria de Educación) «sigue en el régimen actual y ambas partes trasladan a los padres de los alumnos y a los trabajadores que seguirá su funcionamiento con total normalidad».

El tono del comunicado invita a pensar que gana enteros el ofrecimiento del cardenal Cañizares a Rosa Choque, única integrante de la asociación de fieles Misioneras de la Divina Providencia, de retirar la denuncia interpuesta contra ella a cambio de esclarecer «extrajudicialmente los hechos sucedidos».