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Residuos

La Generalitat eleva a 1.000 millones los envases ligeros que acaban en vertederos

Los recipientes no pueden ser tratados por los sistemas de clasificación automática, o bien por su tamaño o por bien por su composición

Vertedero de rechazos de residuos de Alpuente. levante-emv

El director general de Calidad Ambiental y Cambio Climático de la Generalitat, Joan Piquer, reconoció este lunes en una conferencia sobre gestión sostenible de residuos que las plantas valencianas de clasificación de envases ligeros no pueden reciclar 1.000 millones de envases al año debido a su tamaño o a su composición.

Piquer indicó que «todos los jefes de planta de la Comunidad Valenciana de todos los tipos de planta han informado por escrito a la comunidad autónoma que los envases monodosis en sus plantas no se pueden reciclar».

Los envases a los que se refiere Piquer, que califica como 'monodosis', son aquellos individuales, que mayormente contienen lácteos en pequeño formato y cuyo etiquetado recomienda su reciclaje en el contenedor amarillo.

En este sentido, el director general no atribuye esta circunstancia a un problema tecnológico sino a diversos factores heredados del actual sistema integrado de gestión. «Ni las dos (plantas) más modernas de la Comunidad Valenciana, que según el propio Ecoembes son de las cuatro o cinco más modernas de España, pueden reciclar este tipo de envases por su tamaño», aseguró.

El responsable autonómico de calidad ambiental indicó que las plantas valencianas tampoco pueden reciclar por su composición algunos envases, como son los de las botellas de leche de litro y medio. «Por su composición, varias de las plantas de reciclado de plásticos en la Comunidad Valenciana asumen que este plástico no lo podemos separar porque no existe reciclado posible para él», añadió.

En este caso, se trata de un tipo de envases que está compuesto por tres capas de plástico y, de momento, la tecnología no ha desarrollado una manera de separarlos, por lo que los diferentes departamentos encargados de cada plástico los rechazan.

En el proceso de reciclado, cuando se deposita un envase en el contenedor amarillo, un camión lo traslada posteriormente a una planta de clasificación de envases ligeros. En la Comunitat Valenciana existen plantas automáticas y plantas manuales.

El principal problema se centra en los escáneres ópticos que, por el tamaño de los envases, no los reconocen como plástico. En el caso de las plantas manuales, como la de Alzira, el filtro manual sí que las trata por su tamaño, aunque algunas aún pasan al final de la cadena y terminan como rechazo. En ese punto, al final de la cadena, los envases son clasificados como 'rechazo'; para este residuo no existe tratamiento y tras su compactado se deposita en el vertedero.

Las posibles causas apuntadas por los responsables de las plantas se centran más que en su tamaño, que condiciona que puedan camuflarse entre otros restos y no ser detectados, en el envoltorio del etiquetado, que es de un material diferente y 'despista' al sensor.

Un coladero

Todas las fuentes consultadas reconocen este problema en el sistema, así como también lo hace la administración. La novedad estriba en que la Generalitat ha puesto número a esas pérdidas y cifra en 1.000 millones de envases anuales en la Comunitat Valenciana los que acaban en el vertedero.

A juicio del director general de Cambio Climático y Calidad Ambiental de la Generalitat, el sistema de empaquetado de envases está desengranado respecto a la cadena del sistema de reciclado y, al mismo tiempo, se cuestionó si este tipo de envoltorios deberían estar en los lineales de los supermercados, debido a que incorporan costes del sistema integrado de gestión por los que las empresas y los consumidores pagan por su reciclado sin llegar a conseguirlo.

A este respecto, y sobre preguntas sobre la concienciación de la ciudadanía con el reciclado, el director general del Cambio Climático y Calidad Ambiental, Joan Piquer apuntó esta reflexión: «Decimos que los niños son el presente y el futuro de nuestro reciclaje, pero si a un niño le dijeras que el danonino o el petit suisse no es reciclable, ¿lo consumiría? ¿Eso es transparencia en etiquetado, gestión de envases, etc.?».

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