Ximo Puig y su equipo de campaña para mantener el liderazgo del PSPV planean crear una secretaría política con la que amplificar la voz del partido en la sociedad en el tramo final de legislatura. Es una manera también de intentar desactivar una de las críticas principales de los críticos con el líder del PSPV y presidente de la Generalitat: estos consideran que el partido está silenciado, ya que ha quedado sumergido por las instituciones tras el acceso al gobierno autonómico en 2015.
De prosperar la idea y de conservar Puig el liderazgo del partido tras el congreso nacional de julio, no habría bicefalia, como insiste el sector sanchista próximo al que será el nuevo secretario de organización del PSOE, José Luis Ábalos. Esto es, no habría un secretario general distinto al presidente de la Generalitat. Pero sí habría un nuevo secretario político en el segundo escalón del partido, una especie de portavoz orgánico.
No hay nombre previsto de momento para el nuevo cargo, según las fuentes consultadas. Ni siquiera la creación de este es un hecho cerrado. Todo está a expensas también del proceso de diálogo con los representantes de Ábalos. La primera reunión entre el coordinador de la campaña de Puig, el presidente de la Diputación de València Jorge Rodríguez, y el delegado sanchista, José Ruiz, finalizó el miércoles sin resultado alguno, como informó este diario.
La hipotética secretaría política estaría en la cúpula de la futura ejecutiva, junto a la secretaría de organización y otra de gestión interna. Otra de las ideas que baraja el equipo para la nueva dirección es la inclusión en ella de una suerte de delegados provinciales.
Se trataría de contrarrestar la estructura actual de secretarías generales por provincias. Las tres valencianas han sido díscolas por momentos con la dirección de país (Ábalos ha ocupado el cargo en València desde 2012).
No obstante, la propuesta chocaría con la filosofía de Puig y la cúpula actual del PSPV de tener autonomía para recuperar la estructura comarcal en detrimento de la provincial. Han elevado una enmienda en este sentido al congreso federal, aunque con escasas expectativas de éxito tras la victoria de Sánchez en las primarias.
El recuperado líder del PSOE ha ido deslizando por goteo durante los últimos días los miembros de su nueva ejecutiva. Ábalos se sabía que iba a ser el secretario de organización, su número dos, y no ha habido sorpresa.
En algunos círculos se da por hecho también que el abogado valenciano Andrés Perelló también entrará en el núcleo duro de Ferraz. El exeurodiputado quiere aclarar, no obstante, las posibles incompatibilidades con su actual actividad privada.
Enre los cerca de 20 nombres de la ejecutiva, figuran otros dos valencianos de nacimiento aunque han desarrollado su carrera profesional en otras ciudades. Son Toni Ferrer, de la Nucia, uno de los cargos de confianza de Cándido Méndez en UGT que se ocupará del área de Empleo, y Francisco Polo, nacido en València en 1981 pero criado en Barcelona. Polo, que ha sido director de la plataforma Change.org y que abandonó el PSOE tras colaborar con Rubalcaba, será el encargado de Emprendimiento, Ciencia e Innovación en la ejecutiva.
Mientras tanto, Jorge Rodríguez reiteró ayer su posición contraria a la bicefalia, porque «podría poner en riesgo el proyecto de la presidencia de la Generalitat». En una entrevista en CV Ràdio subrayó la capacidad de integración de Puig y puso como ejemplo, no aleatoriamente, a Ruiz, que formó parte del equipo de Jorge Alarte y ahora es vicepresidente de la diputación.
«Ximo Puig tiene muy claro que debe optar por un equipo diferente porque la realidad ha cambiado», señaló el alcalde de Ontinyent, que apuntó a la incorporación de jóvenes alcaldes.
