La concejala del grupo popular en el Ayuntamiento de València María Ángeles Ramón-Llin, quien también fue miembro del consejo de administración de Emarsa desde 2007, afirmó ayer que el entonces presidente de la entidad pública Enrique Crespo le llegó a decir que «parecía socialista» por insistir en poner una querella tras detectarse presuntas irregularidades en la gestión. Ramón-Llin se pronunció así en su declaración en calidad de testigo en el juicio por la pieza principal del caso Emarsa, procedimiento en el que se investiga un presunto desfalco de alrededor de 25 millones de euros en la gestión de la depuradora de Pinedo.

La testigo, exconcejal del Ciclo Integral del Agua, declaró ante el tribunal que el ambiente en la empresa pública era de «cordialidad» y de «confianza» hasta que a partir de 2009 empiezan a recibir muchas críticas y a cuestionarse algunos temas.

Previamente, tanto Crespo -exalcalde de Manises (PP) y exvicepresidente de la Diputación de València- como el exgerente Esteban Cuesta aludían a una falta de financiación en la mercantil, aseguró.

Ramón-Llin, quien aclaró que a los miembros del consejo no se les informaba de los precios de los lodos ni de proveedores, manifestó que hasta 2009 entendían que todo funcionaba porque la Epsar seguía financiando a Emarsa: «Con mi experiencia en el Ayuntamiento y en todos los casos que conozco, nunca se procede al pago de una subvención ni de un convenio si no se ha cumplido con las obligaciones», aseveró.

Con el paso del tiempo, ante la mala gestión de la mercantil, la testigo aseguró que se lo comunicó a la entonces alcaldesa de València Rita Barberá y también en una reunión al entonces conseller de Medio Ambiente Juan Cotino. «Fui al despacho de Cotino a explicarle lo que yo ví que sucedía», apostilló.

En febrero de 2010, continuó la edil, hubo una nueva reunión en la que Crespo informó de que había algunas «salvedades» detectadas en la empresa pública pero aseguró que eran «cosas insignificantes y que se estaban resolviendo». «También se nos dijo, en esta reunión o en marzo, que la deuda se había reducido de una forma muy importante».

Posteriormete, el alcalde de Albal (PSPV) y exvicepresidente de Emarsa Ramón Marí, que también declaró ante el tribunal aseguró que nunca sospechó del desfalco que se estaba cometiendo en la mercantil porque creía lo que le trasladaban el entonces presidente Enrique Crespo y gerente Esteban Cuesta en relación con la falta de financiación: «Jamás pensé que el déficit era porque estaban robando».

El testigo, quien ocupaba el cargo de vicepresidente primero de Emarsa, aunque aclaró que no ejercía como tal porque no usaba los poderes que tenía, repitió a lo largo de su declaración que durante años la única explicación que les ofrecían tanto Crespo como Cuesta en los diferentes consejos era que había falta de financiación. Y él les creía.