Blindado desde ayer Pedro Sánchez, investido por las bases de un poder que no se recuerda en el socialismo español desde los mejores tiempos de Felipe González, el secretario general del PSOE se lanza desde hoy a reconquistar las plazas donde el aparato susanista se hizo fuerte en las primarias.

?La primera batalla territorial, y la de mayor relevancia, según analizan en Madrid, se va a librar en la Comunitat Valenciana. En horas, con la bendición del propio Sánchez y el aliento del nuevo hombre fuerte de la calle Ferraz, el valenciano José Luis Ábalos; el alcalde de Burjassot, Rafael García, uno de los pocos jóvenes alcaldes valencianos con aspiraciones que se mantuvo fiel a Sánchez del primer al último día tras los sucesos de octubre, anunciará en la sede de Blanqueries que desafía al secretario general del PSPV, Ximo Puig.

?Si mal había comenzado el día para Puig, consciente ya de que tendrá rival y de que su liderazgo puede estar peligro, la jornada aún acabó peor. Una conversación telefónica con Pedro Sánchez por la mañana sirvió para constatar la lejanía entre ambos, casi la ruptura.

Por si quedaba alguna duda, el gesto de Sánchez al evitar saludar al presidente valenciano a su entrada al pabellón de Ifema, donde ayer se clausuró el congreso federal del PSOE, acabó por dejar claro que la batalla está servida y que habrá choque de trenes.

Una imagen que da cuenta de hasta dónde está dispuesto a llegar Sánchez, que no se conformará con debilitar a Puig sino que quiere cobrarse su cabeza. En el entorno del secretario general del PSPV ya no esconden la palabra que, según interpretan, mejor describe la actual situación. Venganza.

?Así, el 16 de julio habrá primarias en el PSPV. Puig contra García si no hay más candidatos. El también jefe del Consell no contempla el escenario de una derrota, pero nadie es capaz de asegurar de antemano la victoria visto que todos los que rodean al presidente erraron cuando apostaron al triunfo de Susana Díaz en las primarias.

Puig asume ya que la operación puesta en marcha por Pedro Sánchez no busca debilitarle sino arrancarle el control del PSPV. Además, en su entorno están convencidos de que a Sánchez no le importa en absoluto que la izquierda pueda perder el gobierno valenciano. Por eso el eje del discurso de Puig es que si se le debilita en el ámbito orgánico eso trasciende inevitablemente al institucional y peligra la Generalitat que ha costado 20 años de recuperar. Además, el proceso interno y mucho más si se produjera una derrota dejarían al presidente del Consell en una situación muy delicada y convertido en diana fácil de los ataques del PP. En ese escenario no resultaría nada sencillo que pudiera aguantar como presidente los dos años que quedan de legislatura hasta las elecciones de 2019.

Los partidarios de Puig defendían ayer que siempre ha configurado ejecutivas integradoras y añadían que nadie puede dar lecciones de integración y mucho menos Pedro Sánchez que acaba de confeccionar una ejecutiva a su medida. Estos días, Ábalos ha sacado pecho de que la nueva dirección tenía que ser sobre todo útil al nuevo líder y blindada contra posibles movimientos internos.

Mejor perder que pactar

En cambio, los críticos a Puig entienden que el PSPV ha quedado desdibujado y que el presidente debe dedicar todo su tiempo a las cuestiones de gobierno para que otros reanimen el partido.

Para los sanchistas el tiempo corre y una vez clausurado el congreso federal solo tienen dos días, lunes y martes, para presentar la candidatura. El entorno de Ábalos cree preferible perder por un margen ajustado que un pacto.

Por eso no van a esperar más. Entienden que Puig debe dar un paso atrás porque no facilita la integración y lamentan que sus negociadores, el presidente de la Diputación, Jorge Rodríguez, no hayan presentado ninguna oferta.

En las últimas horas han llegado a plantearse que Puig pudiera mantener la secretaría general si cedía la secretaria de Organización que ahora dirige Alfred Boix a alguien afín a Ábalos. Boix es precisamente uno de los más señalados por el sanchismo ya que entienden que su papel en las primarias le inhabilita. El choque de trenes espera en unas semanas.