Raúl Quílez investiga los megaincendios. Lleva años advirtiendo sobre un nuevo modelo de siniestros forestales que en poco o nada se parece al que se ha combatido hasta ahora. «Los incendios van a ser cada vez mucho más agresivos, porque cada vez con mayor frecuencia se producen en unas condiciones extremas de la vegetación», asegura.

«Estamos avisándolo: ante ese tipo de incendios, los medios importan poco, apenas influyen», declara. Los signos están por todas partes: en 2009 en la región de Vitoria, en Australia, los incendios se cobraron 189 vidas humanas, hirieron a otras 500 y destruyeron 1.834 viviendas. Hay ejemplos también en Chile, en California o el más reciente de Alberta, en Canadá, con cifras que asustan. «Es cuestión de tiempo que nos toque», asegura Raúl Quílez, sin que su rostro refleje el menor indicio de exageración. Disponer de más medios de extinción no sirve para atajar estos grandes incendios, aunque si puede evitarlos una política de prevención adecuada en la que Quílez, como otros de su generación, defiende el uso del fuego mediante las quemas prescritas.