El incendio de Pedrógão Grande (Portugal) no ha sido extinguido todavía después de cobrarse 62 vidas humanas. Antes de que el humo desaparezca, todos los detalles que provocaron o ayudaron a agravar la tragedia ya habrán sido analizados en la Comunitat Valenciana, donde un macroincendio como el de Portugal «es posible», coinciden los técnicos, y donde la mayor disponibilidad de medios no garantiza su extinción o que no se produzcan víctimas mortales.

«Ya ocurrió en 1994 en Millares, con gente experimentada, en un camino y ahora ha pasado en Portugal», asegura Raúl Quilez, director de extinción en el Consorcio de Bomberos de Valencia y autor de una investigación sobre los megaincendios.

José María Ángel, director general de la Agencia de Seguridad y Respuesta a las Emergencias, elude establecer comparaciones entre la distinta manera de abordar un incendio. «Ha sido un cúmulo de circunstancias, una de ellas que se dejara circular por esa carretera» que se ha convertido ya en el camino de la muerte.

«Cada país tiene su propio protocolo. Aquí tratamos los incendios como una emergencia de protección civil: lo primero que miramos es si hay personas en riesgo y luego la extinción. ¿Hay viviendas?, ¿hay campamentos con niños? Coordinamos con la Guardia Civil y Policías locales y generalmente cortamos la carretera. El verano pasado en la Barraca d'Aigües Vives lo primero que hicimos fue cortar la CV-50 y dejarla solo para los servicios de extinción», recuerda José María Ángel.

«No puedo juzgar; hay muchos interrogantes. Tampoco podemos sacar pecho porque este verano se nos va a quemar el monte aquí y alguien podría recordármelo», afirma.

«Lo que es evidente es que el cambio climático nos ha dejado un escenario distinto al que había y tenemos que estar muy en guardia. Aquí hemos tenido incendios explosivos, complejos, como el de Portugal, y volveremos a tenerlos», concluye.

Un verano complicado

Jorge Suárez, subdirector de la Agencia de Seguridad y Respuesta a las Emergencias, no cree que exista un paralelismo con los incendios de interfaz urbano-forestal que amenazan a la Comunitat Valenciana, aunque en Portugal, como en Galicia, hay mucha población y vivienda dispersa. «Hay un incendio de 1979, el de Lloret Blau, en Lloret de Mar, que tienen bastantes características en común, con 21 civiles fallecidos cuando se movían en coche de un sitio a otro», recuerda.

«Los incendios de interfaz nos preocupan pero en esta tragedia hay una serie de factores que podemos tener aquí y que tenemos que analizar. El incendio de Portugal se ha producido en condiciones extremas; en plantaciones de gran densidad y con mucha carga de combustible, pero aquí también tenemos zonas así».

Jorge Suárez sostiene que este verano se van a producir días de «calor extremo» y con tormentas secas como la que parece estar detrás del incendio de Pedrógão e invita a estar alerta y extremar las precauciones.

La tormenta mortal

Raúl Quilez mantiene una relación directa con muchos de los bomberos que continúan trabajando en Pedrógão y desde que tuvo noticias del siniestro analiza la secuencia que condujo a la tragedia.

Según relata, la hipótesis más plausible es que se produjera un «desplome» violento de aire al paso de la tormenta. «Todos tenemos errores en un operativo de incendios, aunque no creo que este sea el caso, ni que se actuara negligentemente. Si hubo un desplome de viento, con la carga de combustible que hay en esa zona, la velocidad de propagación pudo pasar de cero a mil en un instante y eso sorprendió a las víctimas en la carretera».

Raúl Quílez apunta que en España y concretamente en la Comunitat Valenciana se han producido situaciones similares como la que en 1994 acabó con la vida de 6 miembros de una brigada forestal en Millares. También en la tragedia de Yarnell Hill, donde 19 expertos bomberos, la élite de la extinción en el país más poderoso del mundo, morían abrasados. Aún no se sabe qué pudo ocurrir.

«Esto nos puede pasar; de hecho nos ha pasado ya, y nada tiene que ver con disponer de más o menos medios de extinción: cuando ocurre algo así, el incendio te sobrepasa. Ahora han sido civiles pero antes fue gente experta y ocurrió. No pudieron salvarse».