«Un verano diferente». Esta es la propuesta en la que se ha volcado el Arzobispado de València para atender durante julio y agosto al eslabón más débil del sistema educativo: los escolares con necesidades de compensación educativa, aquellos que presentan dificultades de inserción escolar al encontrarse en situación desfavorable, derivada de circunstancias sociales, económicas, culturales, étnicas o personales. Es decir, hijos de familias con pocos recursos, pertenecientes a una minoría étnica o inmigrantes.

Estos niños sin recursos tendrán abiertas las puertas de 8 de los 69 colegios de la Archidiócesis, que entre el 10 de julio y el 11 de agosto les ofrecerán totalmente gratis una escuela de verano de cinco semanas con desayuno y comedor incluidos. Entre las 10 de las mañana y las 15 horas hasta 800 escolares de Infantil, Primaria y ESO podrán disfrutar de juegos, actividades de refuerzo y repaso escolar como cualquier otro niño de su edad.

«Abrir los colegios a todos»

Esta iniciativa en la que la Fundación San Vicente Mártir (FSVM) que gestiona los 69 colegios de la Archidiócesis, la Universidad Católica de València (UCV) y Cáritas Diocesana han unido sus esfuerzos surge a propuesta del cardenal arzobispo de València, Antonio Cañizares. Fue el pasado mes de noviembre,en la misa de clausura del Año Jubilar del Santo Cáliz de la Misericordia, cuando el purpurado valenciano animó a los colegios diocesanos a que «abrieran sus puertas en los períodos vacacionales para, además de atender pedagógicamente, dar alimento a niños en edad escolar».

Cáritas, la FSVM y la UCV recogieron la llama prendida por el cardenal y se pusieron a trabajar en un programa que aspira a atender este julio y agosto hasta 800 escolares de compensatoria con una inversión que ronda los 80.000 euros financiados integramente con recursos propios por Cáritas. A dos semanas y media de su inicio, «un verano diferente» ya ha movilizado a 450 voluntarios. La mayoría de ellos son estudiantes de Magisterio de la UCV, pero también hay 250 maestros de los colegios diocesanos.

Experiencia piloto

La experiencia se inicio con sendas escuelas piloto con comedor y desayuno en las vacaciones de Navidad y Pascua en dos de los colegios diocesanos de València con más experiencia en atender a niños de familias con dificultades socioeconómicas, como son el Santiago Apóstol del Cabanyal y el Nuestra Señora de los Desamparados de Natzaret. Ambos centros educativos son Colegios de Acción Educativa Singular (CAES) al tener más de un 30 % de alumnado de compensatoria.

El director de Cáritas Diocesana de la Archidiócesis, Nacho Grande, que a su vez dirige también el colegio de Natzaret, subraya que «lo bonito del proyecto Un verano diferente es que está abierto a cualquier niño que lo necesite sea del colegio que sea». El programa va dirigido a alumnos de 3 a 16 años que este curso hayan recibido la beca completa de comedor de la Conselleria de Educación o que aunque no tengan esta ayuda, sus familias, por su situación social económica o familiar se encuentren en especial vulnerabilidad y requieran apoyo y atención durante los periodos vacacionales.

Las Cáritas parroquiales, que trabajan a pie de calle con las familias más vulnerables, son las encargadas de ofrecer a los padres esta ayuda, sean o no sus hijos alumnos de los centros diocesanos. En este sentido, Grande explica que «los ocho colegios se han seleccionado en barrios donde Cáritas presta atención a un mayor porcentaje de familias con menores a su cargo».

Atención educativa integral

«Abrimos las puertas de los colegios, como nos ha pedido don Antonio, para atender de manera integral a los alumnos de familias en dificultades sociales y económicas, ofreciéndoles un proyecto educativo que incluye formación y también juegos, porque todos los niños tienen derecho a jugar y disfrutar de un espacio lo más normalizado posible», concluye Grande.

El director del Santiago Apóstol, Jordi Bosch, explica que se trata de un «proyecto educativo de atención integral que va mucho más lejos de dar de comer a los niños al incluir actividades lúdicas, refuerzo escolar, aprendizaje a través del juego de hábitos saludables...». La jefa de Estudios de este colegio, Amparo Cervera, añade que el apoyo escolar es clave para estos niños, «pues en su gran mayoría no tienen ayuda en casa para hacer deberes».

«Estamos muy contentos con esta acción del Arzobispado porque somos una comunidad de aprendizaje y la atención global al niño que se propone es lo que venimos haciendo todo el curso en nuestro día a día», destaca Bosch.

Ambos colegios, que ya venían impulsando escuelas de verano para sus alumnos sin coste para las familias, agradecen esta iniciativa del cardenal que hace más visible la acción social que desarrolla la Iglesia valenciana. «Esto es el pistoletazo de salida para consolidar un proyecto que esperemos que crezca y cada vez sean más los colegios diocesanos que abran sus puertas en periodos vacacionales», concluye el director de Cáritas.