Nada de grandes actos ni golpes de efecto. Mejor lo micro que lo macro. Mejor escuchar que hablar. Y mejor ir al encuentro de la militancia que convocarla en la capital o ponerle autobuses. Ximo Puig y su equipo han tomado nota de la derrota de Susana Díaz (su candidata) en las primarias del PSOE y empiezan a marcar distancias. La primera lección es extirpar cualquier exceso de confianza y olvidarse del poder de los cuadros: su voto vale igual que el de cualquier militante desde que las elecciones de secretarios generales no las deciden delegados.

Así que aún no es campaña (oficial) en el socialismo valenciano, pero Puig quiere aprovechar la ventaja de tener clara su candidatura desde hace meses y, por tanto, una maquinaria preparada.

Ayer, un día después de formalizar su paso al frente, tuvo su primer encuentro con afiliados en la agrupación de Benimaclet y Mestalla, en València, donde se ha creado la primera plataforma en su apoyo. Es solo el principio.

El equipo del actual líder del PSPV prevé que visite entre cincuenta y setenta agrupaciones antes de la primarias valencianas, que se celebrarán el 16 de julio. Una campaña más de alcalde que de jefe del Consell. Y más de acercamiento y diálogo con los afiliados que de mítines. También de intento de reconciliación tras la participación de Puig en la caída de Pedro Sánchez el otoño pasado.

Unos minutos antes de la aparición sorpresa de Puig en Benimaclet, su candidatura había presentado, también en la capital, la declaración que quieren que sea el punto de partido para la creación de grupos de apoyo. Cuántos más, mejor, es la consigna. Incluso varios en una misma agrupación, para esquivar rencillas internas.

Las claves de la declaración

Frente a la tesis de la bicefalia (la idea fuerza de la candidatura de Rafa García: la separación del liderazgo del partido de la jefatura del Consell), el documento para sumar apoyos a Puig incide en «profundizar en la conexión entre el PSPV y el gobierno de la Generalitat». «Un PSPV -añade- que refuerce al actual gobierno de la Generalitat para que podamos seguir aplicando políticas progresistas y que nos impulse en las próximas elecciones autonómicas y municipales como el partido referente de la izquierda».

El punto de partida es el respaldo de «todos» al nuevo secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, la llamada a la unión a su alrededor para ayudarle a «recuperar el gobierno de España».

La declaración pone en valor (no es casual) que el gobierno de coalición que encabeza Puig «está aplicando políticas de izquierdas», el giro que enarbola Sánchez en el PSOE.

El documento se titula en favor de la integración, la unidad y el cambio. Este último se concreta en la «mejora de la participación de la militancia en los procesos de toma de decisiones y que involucre a la ciudadanía en la elaboración de nuestras políticas».