Poco ha tardado en manifestarse la disparidad de criterios entre Ximo Puig y Pedro Sánchez. Cuatro días después del congreso federal del PSOE y de la aparición formal de un candidato sanchista a disputar al presidente de la Generalitat la secretaría general del PSPV, las primeras discrepancias han emergido a la luz pública. El acuerdo de libre comercio con Canadá (CETA) es el motivo.

Ferraz anunció el miércoles el cambio de posición de la nueva dirección, que pasa a estar en contra del tratado. Sin embargo, Puig salió ayer en defensa del CETA. El aspirante a renovar el liderazgo del socialismo valenciano ha hecho de la autonomía del PSPV una de las bazas de la campaña y ya tiene un motivo para hacer gala de esta independencia.

«Todo lo que sea que se bajen aranceles es positivo», dijo ayer. Y sobre al cambio de postura del PSOE, indicó que no sabe «cuál va a ser la resolución final» del partido ni «qué ha llevado a tomar esta decisión», ya que «en principio en el Parlamento Europeo se había apoyado y aquí también», señaló Puig a la Ser durante su visita a Alicante por las Fogueres.

El jefe del Consell fundamenta su posición en el carácter exportador de la Comunitat Valenciana, que «siempre ha mirado hacia afuera», y por tanto le beneficia la retirada de los aranceles actuales. En especial, ladrillo, cerámica y algunos alimentos.

Puig deslizó una referencia a Trump: «No tengo nada que ver con esa mirada. Donald Trump está haciendo mucho daño con esa mirada proteccionista y creo que hay que buscar fórmulas de convivencia en la internacionalización que sean justas y no afecten a los trabajadores».

No hay intención de construir un casus belli por el CETA, aclaró después un miembro del equipo de Puig, que situó la postura de este en la defensa de los intereses económicos valencianos.

Pero no lo vio así el contrincante del president en las primarias. Rafa García lamentó que «una vez más se cuestione por parte del aún secretario general la decisión adoptada por los máximos órganos del PSOE en relación al CETA, una decisión avalada por el conjunto militancia socialista».

García calificó de contradicctorio «querer presentar un proyecto de partido de izquierdas para la C. Valenciana mientras se defiende la liberación del mercado incluso y posicionarse así en contra de la postura defendida por organizaciones sindicales».

Incluso circuló el cartel de la protesta organizada hace unas semanas en Madrid contra el CETA por la Federación de Servicios Públicos de UGT (Fesp-UGT). El líder de esta en la C. Valenciana, Luis Lozano, es uno de los principales apoyos de Puig.

Rodríguez ejerce de puente

Mientras, el presidente de la Diputación de València y coordinador de campaña de Puig, Jorge Rodríguez, trató de cerrar filas con ambos secretarios generales. «No creo que sea una muestra de distanciamiento, ni de separación», defendió Rodríguez respecto a la divergencia de posiciones entre Sánchez y Puig a cuenta de este acuerdo comercial.

«En un momento determinado, el PSOE manifestó una opinión y ahora el secretario general tiene todo el derecho del mundo de marcar cuál es la línea de trabajo y, desde luego, cuenta con el respaldo absoluto de la militancia», dijo.