El grupo parlamentario de Ciudadanos ha estallado definitivamente en el ecuador de la legislatura. Apenas dos años después de que la formación de Albert Rivera aterrizara en la cámara valenciana con un heterodoxo grupo de 13 diputados, el grupo se rompe.

Cuatro diputados, Alexis Marí, David de Miguel, Domingo Rojo y Alberto García, anunciarán esta mañana en un acto convocado a las 10.30 en las Corts que se van.

La ruptura con el grupo del que forman parte es total y la convivencia imposible. Nada nuevo para quienes les observan a diario en les Corts. Desde que la dirección nacional destituyó como síndic el pasado 24 de abril a Alexis Marí solo quedaba poner fecha y oficializar el divorcio. Será hoy, como Levante-EMV anunció ayer por la tarde en su página web.

Marí lo había dejado entrever a mediodía donde más le gusta, en redes sociales: «Que trabajen por uno está bien, pero trabajar uno mismo está mejor. Sobre todo cuando es una obligación moral», dejó escrito. El pase de los cuatro críticos a los no adscritos tendrá efectos a partir del próximo 30 de junio, según las fuentes.

Perderá 230.000 euros en dos años

Ciudadanos se queda ahora con nueve diputados. Dejará de ingresar unos diez mil euros mensuales (116.784 al año), más de 230.000 euros en lo que queda de legislatura, pero a cambio se quita de encima la tensión que suponía el desafío diario al que le sometía su diputado crítico, que ha arremetido en las últimas semanas contra la mayoría de dirigentes de la formación naranja, incluido el propio Albert Rivera, de quien dijo que se habría tomado una «sobredosis de cola cao» el día en que invitó a los críticos a marcharse.

Las razones de la salida de los cuatro parlamentarios son tres: una de discrepancia ideológica, otra relacionada con los presupuestos y una tercera porque el Gobierno del PP, al que su partido apoya en Madrid, ha recortado los fondos que iba a destinar a la dependencia de 470 a 70 millones, según han asegurado.

Desde que en febrero Ciudadanos aprobó aparcar la socialdemocracia y situar el liberalismo progresista como nuevo eje de sus políticas, los críticos tenían decidida su salida. Los presupuestos del Estado, que marginan a la Comunitat Valenciana, pero que Ciudadanos apoya en Madrid han sido la espoleta. De hecho, la imagen de la ruptura se produjo el pasado 25 d’Abril. Los cuatro apoyaron el acto reivindicativo de las Corts horas después de Marí fuera destituido como síndic en las Corts.

Meses de discrepancias

Las hostilidades en el seno del grupo no son nuevas. Surgieron prácticamente a las pocas semanas de la constitución del grupo. En otoño de 2015, la entonces síndica Carolina Punset ya tenía asumido que aquel no era el partido al que se afilió. La presencia de excargos populares en el grupo, como Juan Córdoba, Emigdio Tormo o Emilio Argüeso, que están en sus antípodas ideológicas, abocaban al grupo a la tensión constante.

Punset decidió en febrero de 2016 marcharse a Bruselas después de conocer que Albert Rivera prefería como referente en la Comunitat Valenciana al portavoz en el Ayuntamiento de València, Fernando Giner, de perfil mucho más conservador. Ambos son agua y aceite. Imposible congeniar.

Punset consiguió que Rivera convirtiera a Marí en síndic. Pero éste, políticamente incorrecto como le gusta definirse, ponía de los nervios a su grupo cuando pactaba con PSPV, Compromís o Podemos temas clave como el desbloqueo de la televisión. Rivera y los suyos le apartaron en abril. Marí buscó la expulsión, pero Cs no le dio el gusto. Hoy darán el portazo y esperan que les acompañen en breve dos diputados más: Toni Woodward y Toni Subiela.