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Investigación

La dimisión de la alcaldesa de Gandia en Egevasa

Morant renunció al acta de diputada y con ello a su condición de consejera de la firma por el temor a sentarse en el banquillo

La dimisión de la alcaldesa de Gandia en Egevasa

La riada de las investigaciones sobre presuntas corruptelas en la Diputación de València anegó la empresa pública Imelsa, uno de los epicentros del terremoto Taula y trinchera desde la que operó el «yonqui del dinero» Marcos Benavent, quien ocupó el puesto de gerente entre 2007 y diciembre de 2014. En la cúpula del gobierno provincial que preside el alcalde socialista de Ontinyent, Jorge Rodríguez, eran conscientes de que Egevasa (que facilita el suministro de agua a municipios y gestiona varias depuradoras) estaba bajo el foco de la justicia.

La empresa de la corporación provincial está a un paso de convertirse en la primera empresa pública española procesada como tal, según publicó ayer Levante-EMV. Había y hay nervios. Tantos como en la firma semipública, donde acampó hace bastantes meses la inquietud por el negro horizonte judicial que decoraba la empresa en relación con la trama de los informes cuyo epicentro se localiza en Canet d´En Berenguer, con el exsecretario del ayuntamiento, José Antonio Sancho Sempere, en el punto de mira de la investigación de la Fiscalía Anticorrupción por supuesto cohecho y falsedad documental en la adjudicación del suministro de agua del municipio del Camp de Morvedre.

Una preocupación que cuando se reencarnó en amenaza seria de sentarse en el banquillo se cobró la primera cabeza política: la alcaldesa de Gandia, Diana Morant. La máxima mandataria de la capital de la Safor renunció al acta de diputada provincial alertada por el cariz que estaba tomando la investigación. La dimisión fue anunciada en un comunicado el pasado 25 de abril.

La socialista Morant, quien compitió en su día por el puesto de presidenta de la diputación junto a Rodríguez, justificó su marcha en la necesidad de volcarse a trabajar por Gandia y dedicar a la gestión de su ciudad el «200 %» de su tiempo. No aludió a que esa renuncia comportaba también su dimisión como consejera delegada de Egevasa. Y fue esa condición y el temor a sentarse en el banquillo como representante de la procesada Egevasa la principal razón que motivaba la marcha. Una vez más, el silencio delata más que las palabras.

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