Un giro copernicano. Es lo que se está produciendo en torno al corredor mediterráneo. Ya no es solo la infraestructura deseada. En la cuarta reunión del Fòrum Valencià del Corredor Mediterrani se enfocó ayer el eje ferroviario que ha de conectar València con Europa para hacer más rentable el transporte de sus mercancías como una red que se ha de poner en relación con puertos, con nodos intermodales, con hubs y todo tipo de conexiones logísticas.

Como la estación ferroviaria de la Font de Sant Lluís, como la Zona de Actividades Logísticas (ZAL) del puerto de València. Como Parc Sagunt y los 500.000 metros cuadrados que Mercadona ha adquirido para un centro logístico que necesitará comunicar de manera eficiente. Como la terminal de contenedores del puerto de València cuyo control ha tomado la compañía china Cosco Shipping Ports: su presión logística para mejorar el transporte, según manifestó el presidente de la Autoridad Portuaria de València, puede ser relevante en este proceso.

La infraestructura es fundamental, pero el análisis y las reivindicaciones ya empiezan a descender a la letra pequeña, y fundamental, de las conexiones.

Porque, como dijo el secretario autonómico Josep Vicent Boira, la línea ferroviaria de Algeciras a Francia por la costa no es una autopista que se inaugura y ya está; necesita buenas conexiones a centros neurálgicos para cargar y descargar mercancías, igual que los trenes de pasajeros necesitan estaciones para recoger y dejar a los viajeros. «Tenemos que pasar de la idea de infraestructura como un túnel con dos extremos (el modelo AVE, con una estación salida y otra de llegada) a una infraestructura en red, permeable y con puntos de intercambio modal entre carretera, ferrocarriles y transporte marítimo», reflexiona Boira.

El peligro de la incertidumbre

La cumbre de ayer -punto de encuentro entre Administración, empresarios, universidades, puertos, sindicatos y entidades vinculadas a la cuestión- sirvió para compartir la información y exhibir puntos de vista sobre los últimos avances y retrocesos. Hubo consenso en exigir al Ministerio de Fomento que aclare cuanto antes cuál es su hoja de ruta para mercancías y pasajeros y ponga en relación las posibilidades tecnológicas, la decisión sobre la infraestructura y las alianzas empresariales.

Insisten: ver el corredor mediterráneo como una red que no puede desgajarse de su relación con el corredor cantábrico-mediterráneo y con todas sus conexiones. Y la incertidumbre perjudica la planificación de cualquier empresa, se puso de relieve en el encuentro.

La consellera de Obras Públicas, María José Salvador, que presidió la sesión, destacó que la Comunitat Valenciana se ha convertido en «el epicentro del corredor mediterráneo» por su capacidad para transformar una cuestión a priori técnica en una reivindicación que va ganando calado social.

En ese sentido, Josep Vicent Boira recapituló que entre noviembre y junio se han celebrado 34 actos relacionados con el corredor. «Esto indica la presión de la sociedad valenciana al Ministerio de Fomento. Y algunas de sus decisiones han sido fruto de esta presión», recalcó. La consellera reivindicó ayer que la infraestructura «no es un fin en sí misma sino que para funcionar se tienen que tener en cuenta las conexiones necesarias con los puertos y con las plataformas intermodales». «Ha de ser una red interoperable y el Gobierno valenciano está trabajando para hacerlo posible», indicó.

Tras desbloquear proyectos como la terminal intermodal de la Font de Sant Lluís y el plan especial de la ZAL, el Consell tiene preparado un estudio de la demanda y de la necesidad de ubicación intermodal en todo el territorio de la Comunitat Valenciana. El objetivo es conseguir el mejor diseño para lograr la máxima eficiencia del corredor.