El centro de recepción de menores de Monteolivete (València), cuyo estado de degradación material supuso el inicio de la crisis de los centros de menores, no cerrará hoy, 30 de junio, como había prometido la vicepresidenta de la Generalitat, Mónica Oltra. Tampoco será el lunes 3 de julio, como se manejó después. El cierre del centro se pospone para la segunda quincena de julio.

Según informan fuentes del centro, la Dirección General del Menor ya ha comunicado al centro que las obras de reforma en las instalaciones de Buñol (adonde está previsto reubicar a la mayoría de acogidos en Monteolivete) todavía no han terminado y, por consiguiente, todo se retrasará. El 13 de julio hay convocada una reunión para exponerles el proyecto educativo del centro y el operativo del traslado. La mudanza no será antes del 17 de julio, según han comunicado de forma verbal a los responsables del centro.

A finales de mayo, Oltra afirmó en las Corts en interpelación al PP: «En Monteolivete ustedes tenían a 80 niños, hoy hay 38 y a finales de junio no habrá ninguno». No será así. El traslado decretado se ralentizará. En Buñol se están acometiendo unas obras, de en torno a 250.000 euros, que están renovando desde las instalaciones eléctricas hasta los sanitarios, el chapado o la cristalería, según fuentes de Monteolivete conocedoras de los trabajos.

Las críticas de los trabajadores de Monteolivete por las circunstancias que rodean su trabajo están transformándose en consecuencias. En las últimas semanas se ha producido la baja laboral de nueve empleados del centro de Monteolivete por motivos de estrés, ansiedad, depresión, etc., según apuntan fuentes sindicales.

Una situación «alarmante»

«La incertidumbre y la angustia es muy grande. La situación ya no es de emergencia, es alarmante», destaca uno de los trabajadores consultados. Estas bajas laborales están alterando la dinámica del centro: no pueden alcanzarse los objetivos de atención y cuidados mínimos a los menores, avisan las mismas fuentes.

«Existe un deterioro físico y psicológico de todo el centro. Ya no se realiza mantenimiento de nada porque se sabe que el cierre es inminente. Los menores están más agresivos y nerviosos. El malestar es ya inaguantable», añaden educadores del centro de recepción de Monteolivete.