«La corrupción es un organismo nocivo que persigue enquistarse en todos los ámbitos donde hay potestades para decidir sobre recursos públicos. Prolifera cuando no hay suficientes controles y se envalentona cuando la sociedad no la rechaza por miedo, inconsciencia del mal o falta de recursos, de educación cívica y de valores éticos», aseguraba ayer el abogado Joan Llinares, en su primer discurso como director de la nueva «Agencia de prevención y lucha contra el fraude y la corrupción» de la Comunitat Valenciana.

Una agencia que echa a andar en el ecuador de la legislatura y en en la que está todo por hacer, admitió Llinares «Es un reto muy complicado, pero muy motivador», aseguró ante los asistentes a su toma de posesión en el Salón de Cristales de las Corts.

La agencia empieza de cero y su primera tarea será crear el equipo de trabajo que atienda a Llinares a luchar contra el fraude y la corrupción. Los miembros de la agencia deberán ser funcionarios públicos de la Generalitat o la administración local. Aún se debe decidir si se adscriben a las Corts o a la administración autonómica. Un detalle nada baladí, que aún debe decidir la Conselleria de Administración Pública porque los salarios de los funcionarios de la nueva agencia pueden alcanzar hasta un 30% de diferencia, según la institución a la que se adscriban. Aunque siempre puede haber funcionarios de carrera que soliciten el traslado a la nueva Agencia Anticorrupción estimulados por la tarea de velar por el buen uso de los recursos públicos de la administración valenciana para evitar desmanes del pasado y recuperar el dinero malversado.

«¿Cuántas penurias se habrían podido evitar si los miles de millones desaparecidos en manos de los corruptos se hubieran destinado a cubrir las necesidades sociales, educativas, sanitarias o o de desarrollo tecnológico, industrial, cultural o financiero?», se preguntó Joan Llinares durante su primera intervención como director de la Agencia Antifraude.

A Llinares le avala, además, su trayectoria como responsable de desenredar el «Caso Palau» que ha acabado por sentar en el banquillo a sus antiguos responsables y que destapó la presunta financiación ilegal de CiU o su intervención en el «Caso IVAM». Y se notó en la asistencia al acto en el que tomó posesión. Todos los colectivos que se han significado en la lucha contra la corrupción estaban ayer presentes en su toma de posesión.

El nuevo director de la Agencia Anticorrupción también quiso citar expresamente a la «multitud de servidores públicos que calladamente se esfuerzan cada día para servir a la colectividad con indiscutible profesionalidad». Precisamente, a todos los que hasta ahora se han significado en denunciar irregularidades se dirigió el abogado Joan Llinares en la rueda de prensa que ofreció. «Venimos a deciros que no estáis sólos», aseguró. De hecho, uno de los objetivos de la Agencia Antifraude será proteger a las personas, sean o no funcionarios, que colaboren con la institución en la lucha contra el fraude y la corrupción.

Llinares también mantendrá una estrecha colaboración con la Intervención General, la Abogacía de la Generalitat, la Sindicatura de Comptes, los interventores, secretarios y tesoreros de la Administración, además de la Fiscalía Anticorrupción. En 2017 cuenta con un presupuesto de 1,5 millones de euros y un despacho «provisional» en las Corts, a la espera de una sede definitiva que aún no ha decidido y que no descarta alquilar para evitar que la ceda la Generalitat.